SANTIAGO.- La extensión de beneficios a todos los trabajadores generó el fracaso del acuerdo en las negociaciones que llevan adelante el Sindicato de Tripulantes de Lan Express y Latam, cuya huelga legal hoy cumple 9 días.
"El punto de quiebre, que la asamblea no estuvo dispuesta aceptar, fue la imposición para extender beneficios a los trabajadores no sindicalizados, mecanismo destinado a debilitar al Sindicato", acusaron desde la organización de trabajadores.
A un año de que comenzara a regir la reforma laboral, que impulsó el Gobierno de Michelle Bachelet, sus diferentes aspectos comienzan a reflejarse en las actuales negociaciones colectivas, generando una redefinición en las estrategias de las partes en conflicto.
"Indudablemente la reforma en esta materia se sabía que iba a generar un impacto importante y en algunos casos puede llegar a ser el punto de quiebre", sostiene a Emol, Ana María Díaz, profesora de Derecho del Trabajo de la U. del Desarrollo.
Karl Sievers, académico de Derecho de la U. San Sebastián, añade que "efectivamente cuando se introduce esta modificación se le entrega un poco la llave en ese sentido al sindicato. No es como antiguamente que la empresa podía unilateralmente hacer extensión de beneficios, hoy día tiene que ser con el permiso del sindicato".
90%de afiliación tiene el Sindicato de Tripulantes de Lan Express
Y el experto plantea dos escenarios: "Hay quienes dicen que esto es bueno porque el sindicato es el que decide y el fundamento base es por qué todos los trabajadores tienen que gozar de los beneficios cuando son los trabajadores sindicalizados los que negociaron eso".
"El contrapunto de eso y el problema que genera -añade- es que si tu creas un sindicato único y afiliación automática al sindicato, le estás cuarteando la libertad individual a cada trabajador que al final es él el que decide si quiere o no quiere. Además, ¿por qué tienes que tener un solo sindicato, qué pasa si el dirigente es malo, o si el sindicato funciona mal o si el sindicato tiene una relación estrecha con la empresa? En ese caso el sindicato pasaría a ser un mero instrumento del empleador".
Por su parte, María Francisca Montenegro, académica de la U. Mayor señala que "me parece que es un impacto esperable, y justamente lo que se buscaba con la reforma en este punto, era que la extensión de beneficios no se transformara en una especie de práctica antisindical o desincentivo para que los trabajadores se afiliaran".
¿Extender o no los beneficios?
Díaz asegura que "si el sindicato no quiere que la extensión se conceda, entonces la empresa pasa a tener dos categorías de trabajadores, los que que haciendo lo mismo probablemente van a tener estatutos laborales distintos".
En esa línea, Díaz plantea que la idea de una compañía de extender los beneficios no tiene necesariamente la intención de disminuir el poder del sindicato. "La empresa cuando quiere extender el beneficio en el fondo también lo que estás tratando de hacer es de tener un sólo de estatuto laboral para trabajadores que realizan las mismas funciones", dice.
Y agrega: "La empresa puede pensar porqué no puede darle el mismo estatuto laboral si realizan el mismo trabajo. '¿Cómo manejo el clima laboral en una institución donde los trabajadores, en un mismo trabajo y en iguales condiciones de méritos, no puedo igualarle los beneficios?'".
Francisca Gutiérrez, académica de la U. Alberto Hurtado e investigadora del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, indica que "la extensión de beneficios en general en el mundo es considerada como una estrategia de debilitamiento sindical, lo que hizo la reforma al supeditar la extensión de beneficios a la aprobación del sindicato, hace que en el fondo sea el sindicato quien determina si es que es conveniente o no para ellos como organización que se extiendan".
En ese sentido, asegura que "eso evidentemente provoca cambios en las relación de fuerzas. No es que haya una mala intención (por parte de la empresa), pero es una estrategia consciente para evitar que los sindicatos se vuelvan demasiados necesarios o imprescindibles".
Siervers complementa que en este caso particular de la negociación de Latam, "hay una parte técnica en el tema de la negociación y otra parte que es el argumento y el mensaje 'político' que se manda. En ese sentido, va por ahí, porque no se le resta poder al sindicato. De hecho este sindicato tiene mucho poder, tiene una afiliación altísima", que llega al 90%.
Según un informe del nuevo Consejo Superior Laboral, en 2014 las huelgas aprobadas fueron 730 (efectuándose solo 180), mientras que en 2017 alcanzaron las 630 (haciéndose efectivas 106).