TEHERÁN.- Irán intenta por todos los medios
impulsar y modernizar su sector energético con la ayuda de inversiones extranjeras, a las que anima a apostar por este mercado pese a la incertidumbre que despiertan las posibles medidas punitivas de Estados Unidos.
En el marco de la Feria Internacional de Petróleo y Gas, que se celebra en Teherán hasta mañana con la presencia de empresas de 37 países, numerosos responsables iraníes han tratado de infundir seguridad y restar importancia a las decisiones de Washington.
El presidente estadounidense,
Donald Trump, anunciará hoy martes si se retira o no del acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y seis grandes potencias, y se desconoce si optará por reimponer sanciones y si estas podrían afectar a la industria petrolera y gasística.
Ante estos temores, el ministro iraní de Petróleo, Biyan Zangané, subrayó que "politizar este sector imponiendo restricciones financieras, comerciales y tecnológicas a los principales productores y consumidores podría dañar el mercado".
Irán produce unos 3,6 millones de barriles de crudo al día, una cantidad que espera aumentar en los próximos años a 4,7 millones bpd, y tiene las mayores reservas de gas del mundo.
Las exportaciones también se han disparado desde la firma del acuerdo nuclear y el levantamiento de las sanciones internacionales, que redujeron drásticamente la venta de petróleo iraní a poco más de un millón bpd.
Esta es la mayor preocupación de las autoridades. El viceministro de Petróleo para asuntos internacionales y comerciales, Amir Hosein Zamaní Nya, ve "muy improbable" que se vuelvan a imponer sanciones tan duras como las del año 2012 e indicó que, de llegar ese caso, "la venta del petróleo de Irán se limitará pero se seguirán obteniendo beneficios con métodos anómalos".
Zamaní Nya, quien también fue negociador nuclear, explicó que al hablar del futuro del mercado petrolero hay que "diferenciar entre la salida de EE.UU. del acuerdo nuclear y el regreso de las sanciones".
"El Jcpoa (siglas en inglés del pacto) para nosotros es válido mientras podamos vender nuestro petróleo, mantener nuestro mercado, recibir sin problemas tanto los beneficios de las exportaciones como los equipamientos necesarios para el desarrollo de la industria, y financiar los proyectos definidos", aseguró.
El problema es que la incertidumbre creada por Trump y las sanciones que ha mantenido en pie EE.UU. contra Irán, que afectan entre otros al sistema financiero, ya han lastrado en cierto modo el desarrollo del sector.
Las empresas europeas se han mostrado en general reticentes y el único gran contrato, firmado por la francesa Total con una inversión de 4.800 millones de dólares, está en el aire a la espera de la posición que adopte Trump.
El propio ministro Zangané reconoció durante la feria que "para el desarrollo de la industria del petróleo en los próximos cinco años se necesitan US$200.000 millones de capital", por lo que Irán requiere tanto "recursos como tecnología extranjera".