WASHINGTON.-
Washington y Beijing retomarán este jueves unas delicadas negociaciones comerciales bajo la amenaza de la posible entrada en vigor en menos de una semana de sanciones estadounidenses, que relanzarían el fantasma de una guerra comercial.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, encabezará la delegación estadounidense que durante jueves y viernes se reunirá con autoridades chinas lideradas por el viceprimer ministro, Liu He, anunció la Casa Blanca.
Liu He, un allegado al presidente Xi Jinping que comanda la política económica del gigante asiático, ya había conducido la delegación de su país que mantuvo en Beijing las primeras conversaciones con los estadounidenses dirigidos por Mnuchin, sin progresos sustanciales.
"Estas reuniones son la prolongación de las discusiones desarrolladas en Beijing hace dos semanas y se centrarán en el reequilibrio de las relaciones económicas" bilaterales, precisó la Casa Blanca, que exige a China una reducción en US$200.000 millones de un déficit comercial que en 2017 alcanzó los 375.000 millones.
El presidente estadounidense, Donald Trump, que no se cansa de denunciar las prácticas comerciales "desleales" de la potencia asiática, subrayó el martes en un tuit que "desde hace muchos años" su país contribuye con "centenas de millones de dólares" a la economía china.
"Steven Mnuchin conducirá las discusiones junto al secretario de Comercio Wilbur Ross y al representante comercial (USTR) Robert Lighthizer", indicó la presidencia estadounidense, agregando que otras autoridades de gobierno intervendrán igualmente en estos encuentros.
China, que ya debe pagar tasas de 25% por sus exportaciones de acero a Estados Unidos y de 10% por las de aluminio, podría ser objeto de nuevas tasas sobre US$50.000 millones vendidos al país norteamericano para compensar lo que Washington considera como un robo de propiedad intelectual en perjuicio de las empresas estadounidenses.
Un miércoles clave
El plazo de consulta sobre la lista de productos chinos que serían afectados por esas nuevas tasas vence el 22 de mayo. Si antes de esa fecha ambos países no llegan a un acuerdo sobre un reequilibrio de la balanza comercial, las amenazas del gobierno de Trump se concretarán.
China ya anunció que en ese caso aplicará medidas de represalias equivalentes que se centrarían en productos agrícolas, en especial la soja, una producción muy dependiente del mercado asiático y que se concentra en estados afines al presidente republicano.
Las reuniones de miércoles y jueves aparecen entonces como cruciales para evitar una guerra comercial entre las dos potencias, un enfrentamiento que, según el FMI, podría tener repercusiones negativas sobre el crecimiento de la economía mundial.
"La buena salud del comercio internacional contribuyó recientemente a reforzar el crecimiento económico mundial. Sin embargo, el resurgimiento del proteccionismo amenaza con frenar este impulso positivo", advirtió el lunes la directora general del FMI, Christine Lagarde.
La Casa Blanca no precisó quiénes completarán la delegación estadounidense, pero algunos medios de prensa señalan que Peter Navarro, asesor en asuntos comerciales del presidente Trump, será excluido de ella, en razón de su reconocida hostilidad hacia China.