WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) mostró hoy su "confianza" en que el Gobierno argentino de Mauricio Macri gestionará "con destreza" las turbulencias financieras, a la vez que señaló que el programa de respaldo financiero pedido por Buenos Aires no incluirá una meta de tipo de cambio.
"Las autoridades argentinas han tratado con habilidad algunos de los temas surgidos (...) y tenemos confianza en que gestionarán la situación con destreza", afirmó Gerry Rice, vocero del FMI, en una rueda de prensa.
Rice señaló que la institución dirigida por Christine Lagarde "está totalmente de acuerdo con lo que dijo Macri. Es un programa que pertenece enteramente a Argentina. El FMI tiene el papel de apoyar las prioridades argentinas".
"Celebramos los comentarios de Macri de ayer, que demuestran que el Gobierno reconoce los desafíos que hoy tienen impacto en la economía argentina, la voluntad del Gobierno de encarar esos desafíos", agregó el vocero.
Rice comentaba así las declaraciones de Macri del miércoles en las que el presidente argentino hizo un llamado a formar "un gran acuerdo nacional" para acabar con el "flagelo" del déficit.
El portavoz del Fondo evitó poner cifras y precisar las condiciones incluidas en el programa de apoyo financiero al asegurar que "eso forma parte de los detalles que serán discutidos en los próximos días".
Los analistas han situado el monto aproximado del plan en torno a los US$30.000 millones.
No obstante, Rice sí que subrayó que "no se ha hablado sobre ninguna meta específica del tipo de cambio y no incluirá condiciones sobre el tipo de cambio de Argentina".
El Directorio Ejecutivo del organismo sostendrá mañana una reunión informal para conocer el curso de las negociaciones con las autoridades argentinas.
A comienzos de semana, el Fondo indicó que quiere llegar a un "rápido acuerdo" con Argentina para que pueda afrontar la crisis por la abrupta depreciación del peso a través de un Acuerdo de Derecho de Giro, también conocido como "Stand-By (SBA)", de "elevado acceso".
Hace dos semanas, y en medio de la progresiva apreciación del dólar, el Gobierno argentino se vio obligado a inyectar confianza en los mercados y bajó la meta de su déficit fiscal del 3,2% al 2,7% en 2018 a la par que elevaba la tasa de interés del Banco Central al 40%, lo que no detuvo la caída del peso y llevó a Buenos Aires a solicitar apoyo financiero al FMI.