BLOOMBERG.- A dos días de las elecciones presidenciales de México, el candidato que lidera las encuestas no ha dicho casi nada sobre sus planes para la industria financiera.
Los escenarios imaginados si el domingo gana Andrés Manuel López Obrador oscilan entre lo extremo, la nacionalización de la industria bancaria, y lo trivial, un aumento de los préstamos por políticas que afecten el crecimiento económico.
López Obrador, el candidato izquierdista del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) que prometió poner fin a la corrupción y la pobreza, ha mantenido una ventaja constante desde noviembre. Ha prometido invertir en refinerías de petróleo, revertir reformas educativas rechazadas por los sindicatos de docentes y frenar la apertura del sector energético del país, medidas que inquietan en la élite empresarial.
"El gobierno mexicano tendrá limitaciones fiscales, por lo que será difícil encontrar recursos para sus planes de gasto", dijo Carlos Petersen, analista político de Eurasia Group.
Añadió que "puede encontrar bolsones de liquidez en el sector financiero, especialmente fondos de pensión, que es uno de los sectores a los que intentará presionar un poco".
Si bien este es el tercer intento del ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México de llegar a la presidencia, poco se sabe acerca de los puntos de vista del candidato de 64 años sobre la banca, ya que el tema rara vez aparece en sus discursos, aparte de una promesa de promover políticas que amplíen el acceso al crédito.
Ansiedad entre los empresarios
Las conversaciones con ejecutivos y los principales negociadores en algunos de los bancos más grandes de México revelaron una amplia gama de ansiedades, ya que los ejecutivos llenan los espacios en blanco con resultados posibles si gana López Obrador.
En las proyecciones pesimistas, López Obrador, dicen, podría obtener apoyo en el Congreso para socavar la independencia del Banco Central mexicano y convertir eso en un plan para nacionalizar a las entidades prestamistas.
Otro temor que se presenta es que el nuevo presidente le ponga techo a las tasas de interés y exige que los bancos presten más dinero a sectores riesgosos de la economía. La combinación afectaría la rentabilidad de los bancos y pondría en peligro sus balances.
Pero los cambios más grandes y quizá los más probables en el sector financiero podrían ser reformas que afecten a los fondos de pensión, que son los mayores inversionistas institucionales en México. La última vez que se postuló para el cargo, en 2012, la coalición de campaña de López Obrador barajó la idea de nacionalizar una parte del sistema de fondos de pensión.
