BEIJING.- China insistió en que "no quiere" la guerra comercial que, según lo previsto, iniciará mañana EE.UU. con la imposición de la
primera oleada de aranceles a productos importados chinos, pero que si lo hace "China está obligada a reaccionar para defender el interés del país y de su pueblo".
El país asiático "ha reiterado varias veces que no va a disparar la primera bala, no vamos a aplicar medidas arancelarias antes de que lo haga EEUU", destacó hoy en una rueda de prensa en Beijing Gao Feng, portavoz del Ministerio de Comercio.
Según lo previsto, mañana a las 00:00 horas de Washington (misma hora en Chile, 12:00 horas en Beijing) entrarán en vigor un conjunto de aranceles del 25% a 818 productos chinos por valor de
US$34.000 millones, la mayoría del sector industrial y tecnológico.
Estos gravámenes afectarán no sólo a las compañías chinas, sino también a empresas extranjeras basadas en el país asiático, alertó el portavoz, incluidas las estadounidenses.
"Alrededor del 59% de los productos a los que se les aplicará aranceles, que representan más de US$20.000 millones, son fabricados por empresas extranjeras en China y, de ellas, muchas son estadounidenses", señaló Gao.
El portavoz insistió en que con esta decisión "EE.UU. está atacando a la cadena de inversión de todo el mundo, abriendo fuego contra todos e incluso disparándose a sí mismo".
Por ello, pidió a todos los países que se unan para "ir en contra del proteccionismo y el unilateralismo de forma contundente" y para defender el interés de todos los pueblos.
La fuente ministerial hizo hincapié en que "China no va a someterse ante las amenazadas y chantajes y no va a vacilar en su determinación de defender la libertad del comercio mundial y el multilateralismo".
Beijing ya ha advertido al presidente estadounidense, Donald Trump, de que si estos gravámenes se aplican reaccionará con aranceles por el mismo valor a 545 bienes importados de EE.UU., principalmente del sector agrícola -como la soja- y automovilístico.
En caso de que lleve a cabo esta medida en respuesta, Washington ha amenazado con una nueva remesa de aranceles a otras exportaciones chinas que totalizan unos US$200.000 millones.
Esta actitud, insistió Gao, va en contra de las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC), así como la voluntad de imponer la ley doméstica por encima de la regulación internacional.
"Destruir el orden del comercio y la economía mundial es algo a lo que se pueden oponer todos los miembros de la OMC", reivindicó.
A pesar de que ha advertido que tomará represalias, el portavoz quiso garantizar que China "protegerá el interés legítimo de todas las empresas" ubicadas en el país y "se esforzará en ayudarlas a amortiguar los posibles impactos" de la batalla comercial.