SANTIAGO.- "Todos estos problemas en la economía mundial son suficientes para tener ganas de decir 'winter is coming'" (el invierno se acerca)".
La frase, que hace referencia a los malos augurios, que popularizó la serie "Games of Thrones", fue utilizada por el Presidente indonesio, Jokio Widodo, para alertar en su discurso de apertura del encuentro anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) en la isla de Bali, sobre las consecuencias devastadoras de las guerras comerciales y del cambio climático.
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China - unidas a la subida de tipos de interés en Estados Unidos, con el consecuente reforzamiento del dólar y el encarecimiento del crudo- podrían lastrar el crecimiento, según estiman diversos análisis.
El jueves el medio británico "The Economist" publicaba su versión semanal en la que proyectaba una recesión y daba cuenta que uno de los problemas actuales de los países desarrollados era que estaban en un mal pie para enfrentar una contracción de la economía.
Alta volatilidad
La volatilidad de los mercados mundiales empeoró esta semana por múltiples preocupaciones económicas y derribó a las acciones que bruscamente parecieron peligrosamente sobrevaluadas.
"El sentimiento global sigue siendo de miedo en medio de la reciente alza del rendimiento de los bonos, encabezados por los del Tesoro (de Estados Unidos), y por la inquietud de que la Reserva Federal endurezca demasiado su política monetaria pese a los crecientes riesgos", indicaron los analistas de Charles Schwab, una de las firmas bancarias y de corretaje más grande de Estados Unidos.
Las caídas, que dejaron a los índices en sus menores niveles en meses, llegaron cuando el Presidente de Estados Unidos Donald Trump renovó sus críticas a la Reserva Federal y esparció el temor de que esos comentarios vulneren la independencia política de la entidad.
Pese a las subidas del viernes, los principales índices de Wall Street registraron fuertes retrocesos en el conjunto de la semana consecuencia de las caídas de los dos días precedentes.
La volatilidad fue más allá del mercado bursátil. El barril de Brent perdió 3,4% luego que la Opep recortó su previsión de la demanda mundial y Estados Unidos informó que sus reservas comerciales de crudo aumentaron.
Mercado bajo presión
Las acciones estadounidenses lograron fuertes ganancias en el tercer trimestre cuando los inversionistas desdeñaban los problemas de la guerra comercial y se entusiasmaban con los óptimos resultados de las empresas y los indicadores de Estados Unidos.
Pero el mercado bursátil quedó bajo presión desde que la semana pasada la tasa de rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años superó el 3%. Ese movimiento generó temores de recalentamiento de la economía, mayor inflación y una política monetaria con tasas de interés más elevadas.
La perspectiva de que la Fed vuelva a subir las tasas no deja de influir en el mercado, donde la tasa de los bonos del tesoro a 10 años subía a cerca de su máximo en siete años.
"El ambiente mundial es de nerviosismo, ante la subida de las tasas de rendimiento de los bonos, así como las preocupaciones en torno al endurecimiento de las políticas" de los bancos centrales, añadió la firma Charles Schwab en un comunicado.
Otros factores que preocupan a los inversionistas incluyen las incertidumbres sobre economías emergentes, un menor ritmo de crecimiento de China y la pelea entre Roma y Bruselas por el presupuesto de Italia.
Los analistas están esperanzados en que la temporada de divulgación de resultados corporativos pueda catalizar la recuperación de los mercados. La divulgación de resultados comenzó el viernes con los de grandes bancos estadounidenses, los que anunciaron elevadas ganancias en el tercer trimestre beneficiados por las elevadas tasas de interés, sin acusar problemas como los que sacudieron esta semana a los mercados.
No obstante, Art Hogan, de la firma de inversiones B. Riley FBR, advirtió que los resultados pueden ser una fuente de mayor preocupación porque podrían mostrar los perjuicios de la guerra comercial que lanzó Trump y que van desde el encarecimiento de materias primas hasta cambios en la cadena de suministros.
"La mayor preocupación que tenemos es sobre lo que las compañías puedan decir sobre Estados Unidos y China. Creo que hay menos expectativa de estar cerca de una resolución del pleito con China", dijo el especialista.
Fed, el poderoso banco central que miran todos los países
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos es objeto de severo escrutinio de inversionistas y gobiernos porque sus decisiones pueden afectar a la economía mundial.
El Presidente, Donald Trump, dijo que la Fed "se ha vuelto loca" (en referencia a la subida de las tasas de interés), en un gesto inusual entre los Mandatarios mundiales, que no suelen comentar las decisiones de sus bancos centrales y menos con esa contundencia.
La principal herramienta de la Fed para manejar la economía son las tasas federales de interés, que son las que pautan el costo de los préstamos bancarios de muy corto plazo. Eso, a su vez, incide en los costos de las hipotecas, créditos para autos, deudas corporativas y otros préstamos. Cuando las tasas suben, las inversiones de las empresas y los gastos de los consumidores se encarecen lo cual tiende a enlentecer a la economía y a reducir la inflación. Bajar las tasas tiende en cambio a estimular el gasto y el crecimiento económico.
Las tasas fueron casi nulas desde la crisis de 2008 hasta 2015 cuando la Fed comenzó a subirlas gradualmente. En lo que va del año las subió tres veces.
Los miembros de la Fed vigilan toda señal inflacionaria, incluyendo precios, salarios y desempleo. No tomar decisiones puede socavar la credibilidad de la Fed para contener la inflación. La Fed debió subir a 20% su principal tasa luego de una disparada de precios en 1979/80.