SANTIAGO.- El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, comentó que el Gobierno hará un anuncio sobre la portabilidad financiera en las próximas semanas, tema que debe ser abordado en un proyecto de ley y que pretende hacer más expeditos los trámites bancarios que actualmente demoran y son complejos, similar al proceso que ya existe en la telefonía móvil.
Este nuevo sistema permitirá "que las personas puedan elegir, con mucha más independencia, la oferta de productos a la que tienen acceso", aseguró hace unas semanas Mario Farren, superintendente de Bancos e Instituciones Financieras.
Luego, entregó mayores detalles del proyecto que quieren impulsar y detalló que uno de sus aspectos tiene relación con los productos en general: "La portabilidad de tarjetas, de créditos hipotecarios y hay un elemento muy importante que tiene que ver con la portabilidad de garantías. En el caso hipotecario es clave y eso pasa por una dimensión legislativa", indicó Farren al Diario Financiero.
Otro de los temas que buscan que aborde la iniciativa es una especie de "mapeo" de los procesos para obtener productos bancarios. "Estamos identificando oportunidades para acortar algunas etapas", señaló.
Sin embargo, aún no se tienen mayores luces de lo que será la propuesta que impulsará el Gobierno, por lo que ¿cómo funciona la portabilidad financiera en otros países?
El caso de otros países
Desde 2004 que las autoridades de la Unión Europea comenzaron a impulsar la facilitación de la portabilidad bancaria, aunque su implementación ha demorado. En 2014, la industria bancaria europea aprobó un protocolo sobre el traslado de cuentas.
En España, la nueva normativa que regula este tema comenzó a operar en julio de este año y se puede realizar sólo entre entidades financieras que operen en ese país. El plazo para que los bancos hagan el cambio es de 13 días, en un servicio que es gratuito para los clientes y que debe poder hacerse online.
13días es el plazo máximo para que los bancos ejecuten el traslado en España.
El dinero se transfiere directamente a la nueva cuenta y el usuario conserva todos los servicios vinculados a ésta, con excepción de su número. Además, la tarjeta de crédito del banco de origen se cancela, por lo que si el cliente quiere, puede solicitarla en la entidad a la que se traslada.
En Francia, una ley que entró en vigencia en febrero de 2017 simplificó la movilidad bancaria. Así, para cambiar de compañía, el cliente debe firmar un mandato y entregar al nuevo banco un certificado de identificación bancaria. Éste realiza el servicio de forma gratuita, en un proceso que puede durar como máximo 22 días.
La nueva entidad se encarga de contactar a la institución de origen para obtener la información sobre las operaciones efectuadas en los últimos 13 meses, por medio de un sistema de mensajería interbancaria. Asimismo, el banco de destino comunica sobre el cambio a quienes se vean afectados por las transferencias y los pagos recurrentes.
"El hecho de que puedan tomar su información, los datos de sus créditos hipotecarios, por ejemplo, y cotizar con distintas instituciones, les ofrece mucha más independencia a las personas y a las familias, a eso se refiere la portabilidad".
Mario Farren, superintendente de Bancos e Instituciones Financieras
En la misma línea, Italia implementó desde 2015 la portabilidad de cuentas bancarias, en donde es el derecho del cliente transferir a otro operador todos o algunos servicios de pago, como también el saldo de la cuenta. Es el mismo usuario el que debe solicitar explícitamente el cierre de la cuenta anterior. Al igual que en los otros casos, no se mantiene el mismo número de ésta. El plazo máximo para completar el proceso es de 12 días hábiles.
En este país, se puede solicitar la portabilidad incluso si la cuenta anterior tiene un saldo negativo, o si tiene un crédito hipotecario u otro préstamo. En este caso se puede autorizar al operador o a la entidad que entregó el crédito para cobrar cuotas en la nueva cuenta.
¿Y en qué se diferencia del sistema actual?
El profesor de derecho económico de la Pontificia Universidad Católica, Felipe Bravo, explicó que actualmente "la forma de cambiarse de banco es realizando el proceso de cierre de la cuenta corriente, el pago de las líneas de crédito y tarjetas de crédito asociadas".
Con la portabilidad bancaria, "los clientes podrán solicitar que el nuevo banco los 'reciba' con los mismos productos que tenían en su antiguo banco, agilizando una serie de procesos que son actualmente necesarios, como la compra de cartera de un banco a otro, por ejemplo", detalló el académico.
Sobre esta iniciativa, sostuvo que existen desafíos legislativos, como de qué forma "facilitar la constitución de garantías, como avalistas y las hipotecas, en el caso de los créditos hipotecarios", ejemplificó.
"A través de la portabilidad entre bancos, los clientes podrán solicitar que el nuevo banco los 'reciba' con los mismos productos que tenían en su antiguo banco, agilizando una serie de procesos que son actualmente necesarios"
Felipe Bravo, académico UC
Asimismo, afirmó que actualmente es necesario que para hacer el cambio de banco, la persona entregue toda la información comercial que le solicite la nueva institución, como certificados de deuda. "Idealmente, con el sistema de portabilidad este proceso podría ser electrónico, interbancos, o a través de un sistema centralizado", comentó Bravo.
Por su parte, el economista de la Universidad de Chile y ex gerente general de la Asociación de Bancos, Alejandro Alarcón, señaló que "el solo hecho de andar juntando los papeles te genera una disponibilidad de tiempo importante. La lógica de lo que yo he visto en el tema de modernización es que cuando hay sistemas electrónicos, los archivos se traspasan rápidamente".
En ese sentido, indicó sobre esta iniciativa que "el gran mérito que tiene es que tú puedes rápidamente completar los informes, certificados y otros que se requieren para cambiarse de un banco a otro por ejemplo, incluso entre productos".