BUENOS AIRES.- El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó la nueva versión del acuerdo stand-by vigente con Argentina y elevó la asistencia financiera para el país a US$56.300 millones hasta 2021.
Se trata de una nueva señal de respaldo internacional al Gobierno de Mauricio Macri, quien implementó a cambio un plan de ajuste para despejar las dudas sobre la solvencia de la actual Administración y recuperar la confianza de los mercados, pilar de la estrategia oficial para sacar a la economía de la crisis desatada tras la corrida cambiaria que comenzó a fines de abril.
El nuevo acuerdo del organismo con Argentina, el mayor en la historia del organismo que dirige Christine Lagarde, le permitirá al Gobierno cubrir sus necesidades de financiamiento, siempre y cuando cumpla
con la meta principal del nuevo programa: el "déficit cero", la columna vertebral del proyecto de ley de presupuesto que ya obtuvo media sanción en el Congreso, pese al rechazo de la oposición.
El Directorio Ejecutivo del FMI aprobó la primera revisión del programa original, firmado por el Ejecutivo con el organismo, a fines de junio de este año, por US$50.000 millones, que resultó insuficiente para frenar la crisis, despejar las persistentes dudas de los inversores sobre la capacidad de pago de la deuda o blindar al país del castigo continuo de los mercados.
El organismo internacional indicó que las autoridades argentinas obtendrán un alivio inmediato de aproximadamente US$5.700 millones, lo que eleva los desembolsos totales del organismo desde junio a cerca de US$20.400 millones.
Con el nuevo acuerdo, Macri recibirá casi todos los fondos disponibles en los dos últimos años de su mandato: de los US$57.100 millones, US$15.000 millones fueron girados en junio, otros US$13.400 millones lo serán antes de fines de este año, y otros US$22.800 millones llegarán el próximo año, cuando la Casa Rosada vuelva a estar en disputa en una nueva elección presidencial.
El nuevo programa apareció en agosto, en medio de un contexto internacional áspero y una persistente corrida contra el peso argentino, cuando Macri anunció -en un denostado mensaje de un minuto y medio por YouTube-, que buscaría acelerar los desembolsos previstos en el acuerdo. Ese día, el dólar superó por primera vez los 40 pesos argentinos.
Para conseguir el respaldo adicional del Fondo, el Gobierno llevó a Washington una nueva meta: el "equilibrio fiscal primario", conocido como "déficit cero", que lo llevó a orquestar un ajuste de 450.000
millones de pesos argentinos en el presupuesto.
Para alcanzar esa meta, el Ejecutivo prácticamente congeló la obra pública, subió impuestos -incluidas las retenciones, que había
prometido bajar- y recortó gastos.
Además del programa fiscal, Macri dio vuelta su programa monetario, diseñado por el actual presidente del Banco Central, Guido Sandleris, el tercer jefe de la autoridad monetaria desde que asumió Macri, y el
tercero, también, desde que el Gobierno buscó por primera vez la asistencia del Fondo.
Sandleris desechó el esquema de "metas de inflación" implementado por Federico Sturzenegger y creó un régimen de "bandas de flotación" para el valor del tipo de cambio, de 34 a 44 pesos argentinos, para intentar llevar previsibilidad a las intervenciones del Central.
Otro cambio del nuevo acuerdo es que los recursos del Fondo ya no tendrán carácter "precautorio", con lo cual el Gobierno podrá hacer uso de todos los dólares disponibles. El ministro de Hacienda del país, Nicolás Dujovne, ya ha dicho que tiene la intención de utilizar todo el financiamiento del Fondo.
