Es producto de un plan económico social impuestos por una clase política que no tomó en consideración a todos los actores como son la ley tripartita -Gobierno, trabajadores y empresarios- para discutir conjuntamente políticas económicas que tuvieran influencia en Venezuela. Lamentablemente el Gobierno ha empezado por un camino de poco respeto a la libertad, a la libre iniciativa y sin consultar a los diversos actores sociales. Hoy nos encontramos con un país que tiene la más alta inflación del mundo, una crisis social existencial, donde faltan alimentos, medicamentos e insumos básicos, y donde además con la desaparición de muchísimas empresas que hoy impiden la respiración de un aparato productivo en el corto plazo, eso es producto de una políticas equivocadas y de un socialismo mal entendido, que ha traído consecuencias desastrosas para la economía y para la ubicación social y política de Venezuela.
¿El sector privado venezolano ha podido conversar con el Gobierno de Nicolás Maduro, cómo son las relaciones entre los empresarios y esa administración?
Cuando fui presidente de Fedecamaras (2013-2015) tuve la ocasión de reunirse con el Presidente Maduro, ahí personalmente pudimos decirle al Presidente que el país no andaba por buen camino y que había una mejor forma de hacer las cosas. Lamentablemente esos diálogos de paz y esas conversaciones iniciales no tuvieron un efecto futuro, con lo cual se canceló la relación. Personalmente fui perseguido y puesto al escarnio en cadenas nacionales como representante de la institución más representativa de empresarios del país... No se ha establecido ningún contacto, por el contrario, se le sigue persiguiendo constantemente (al empresariado).
¿Han tenido la posibilidad de acercarse a Juan Guaidó y analizar sus propuestas?
Hemos tenido muchas conversaciones con el Presidente encargado Guaidó, de hecho nos acaba de visitar a nuestra sede de Fedecamaras, pero también hemos tenido la posibilidad de participar en el "plan país", ahí uno siente que las organizaciones empleadoras pueden influir en la agenda pública. Al final, estas organizaciones no están hechas para ejercer el poder político, sino que para influir el poder político y eso ya lo tenemos muy claro. Sentimos que estamos mucho más representado con políticas transversales que pueden influir en una recuperación del aparato productivo y el respeto de la propiedad privada y acorde con los principios de libertad que defiende Fedecamaras. Por supuesto que ha sido una relación muchísimo más grata la relación con Juan Guaidó y poder analizar conjuntamente las propuestas.
¿Cuáles son sus expectativas respecto de una solución a la crisis, esperan una renuncia de Maduro?
Es complejo saber cuál va a ser el desenlace, lo más sano para el país evidentemente sería una renuncia del Presidente Maduro, pero hasta ahora ha dado, a la fecha que hacemos la entrevista, demostraciones claras que esta renuncia no va a ser voluntaria. Esa renuncia a mi juicio, y esto ya es una opinión de carácter personal, tiene que ser promovida por un sector militar, que es lo único que mantiene al señor Nicolás Maduro en el poder.
Nicolás Maduro perdió toda la posibilidad de pueblo, de tener gente que lo apoye, tampoco lo apoyan empresarios y trabajadores, tampoco lo apoya la opinión pública internacional. Siempre estos procesos de cambio son traumáticos, por lo cual uno esperaría que esto fue producto de una negociación en las cuales también participe por supuesto Nicolás Maduro
Jorge Roig
¿Se ha deteriorado mucho el sector privado en los últimos años bajo el actual Gobierno, y cuándo comenzó la caída de la industria local?
El sector privado casi ha desaparecido en los últimos años, algunas cifras que creo que son importantes es que en los últimos 15 años teníamos un plantel de 11 mil industria y han desaparecido alrededor de 7 mil, solo quedan 4 mil industrias en estos momentos abiertas. Y las 4 mil que están abiertas, están trabajando a un promedio alrededor del 30% de su capacidad instalada. Adicionalmente a eso, había casi 700 mil establecimientos empleadores, en este momento solo quedan 250 mil o sea que el deterioro progresivo de destrucción del aparato productivo nacional ha sido devastador, nunca nos pudimos imaginar que pudieran desaparecer industrias, que las industrias, como usted sabe bien, son los puestos de empleo más preparados, más tecnológicos, que se requiere una formación profesional, y volver recuperar esa mano de obra, que mucha se ha ido del país, va a ser particularmente complicado.
¿Qué medida del Gobierno han sido las que más han afectado a los empresarios venezolanos?
Particularmente, yo creo que no es una sola medida la que ha afectado el Gobierno. Del Gobierno a los empleadores, han sido muchas medidas y todas desordenadas, pero si usted me preguntara yo creo que lo más importante es la falta de definición de unas reglas claras de juego. El Gobierno no tiene sino cambiar las reglas cuando les favorecen, se empezaron con procesos de expropiaciones, después ha habido un proceso de restricción a la libertad cambiaría, de la libertad de operar. No hay libertad, sino controles completos de precios, entonces todo ha sido como un proceso de acumulación. Pero yo creo que la falta de confianza es lo que siempre define estos procesos económicos, el sector empresarial, y en general Venezuela, hoy en día no confían ni en nuestro Gobierno, ni en sus políticas, pues en estos momentos inclusive ordenar, en el caso poco probable, algunas condiciones que fueran favorables, ahí la gente no cree ya en el Gobierno.
En estos momento, no tenemos libertad de cambio, se nos dice a qué tasa de cambio debemos cambiar la moneda, se nos dice cuáles son los márgenes en los cuales debemos comercializar nuestro producto y si no hacemos lo que el Gobierno quiere, se te quita la concesión. Se ha destruido lo más importante que es ese espíritu soñador y emprendedor del empresario y se ha reducido todo a ser una suerte de concesionarios que dependen de la voluntad y discrecionalidad del Gobierno
Jorge Roig
¿Cómo han sobrellevado las expropiaciones que ha realizado el Gobierno?
Las expropiaciones han sido quizás una punta de lanza que comenzó el Presidente Chávez y que continuó Maduro. De una forma desordenada, prácticamente se fue arrebatando todos los espacios a la propiedad privada, esta propiedad privada quedó en manos de un Estado y en manos muchas de militares poco preparados y poco acordes para efectuar las labores que se requerían. Casos terribles han sido lo de las empresas de Guayana que algunas habían sido privatizadas, como es la productora de acero más importante. Producía 4 millones 300 mil toneladas de acero en manos de un grupo argentino, cerró este año con menos de 100 mil toneladas, eso por poner un ejemplo... En fin, el Gobierno ha sido un pésimo patrono, no solamente como operador de empresas, sino también como que respete los convenios sociales que se requieren de una relación empleadores y trabajadores.