Uber llegó a su nuevo destino: Wall Street. Sin embargo, y pese a la expectación del mercado, la empresa tecnológica y de servicios debutó en la bolsa por debajo de su Oferta Pública Inicial (IPO) y con caídas en su acción.
Así, a pocos minutos de la media sesión, la acción de la compañía se estrenó con una primera cotización de US$42 por acción, una caída de 2,39% y por debajo del precio de US$45 por título que fijó ayer como precio de salida.
Después, la acción subió a US$43,92 y se mantiene bordeando dicho nivel.
Sin embargo, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China mantienen en rojo a los mercados neoyorquinos este viernes, los que influyeron en la esperada salida a bolsa de la tecnológica con sede en San Francisco (California).
Además, el ejemplo de su rival Lyft, que se estrenó en el Nasdaq hace menos de dos meses y que desde entonces ha perdido más del 20% de su valor, lastró las expectativas sobre la salida de Uber.
La expectación en torno al estreno de este "Unicornio" -denominación para las empresas que han superado el valor de US$1.000 millones antes de salir a bolsa- hizo que, al presentar su folleto ante la Comisión de Mercados y Valores estadounidense (SEC) hace un mes, Uber estimara un rango que en su máximo llegaba a los US$55 por acción.
Pero este interés por parte de los inversionistas se fue apagando y Uber desistió de intentar conseguir un valor de mercado de US$100.000 millones en bolsa, que ya era menor de los US$120.000 millones en los que había sido cifrado durante su última ronda de inversiones privada.
Ahora mismo, la capitalización de mercado de Uber se sitúa en el entorno de los US$72.000 millones. En ese sentido, cabe recordar que Uber registró en 2018 una facturación de US$11.270 millones con un beneficio neto de US$997 millones.
Sin embargo, el resultado de explotación ajustado, que incluye los costes de depreciación y de amortización, fue negativo (US$-1.850 millones de dólares), lo que parece no jugar en favor de la compañía.