En ese contexto, desde el Gobierno han atribuido esos datos al complejo contexto económico internacional, inmerso en una guerra comercial entre China y EE.UU., y
a las políticas implantadas durante la administración de la ex Presidenta Michelle Bachelet, subrayando la necesidad de concretar sus reformas tributaria y laboral.
De hecho, el propio
Presidente Sebastián Piñera se refirió de esa forma al descenso de nuestro país en el índice, asegurando que "la reforma tributaria del Gobierno anterior fue un freno duro al crecimiento, a la inversión, a la productividad, a la innovación y al emprendimiento" y que su reforma laboral que "rigidizó" el acceso al trabajo.
"Esas son reformas que nosotros creemos que es necesario corregir", añadió, junto con subrayar que "es verdad que la caída en este ranking de productividad y de competitividad nos preocupa, pero no solamente nos preocupa, estamos trabajando para recuperar ese tema".
A esa postura se sumó la del titular de la Confederación de la Producción y el Comercio (CPC), Alfonso Swett, quien afirmó que la caída en el ranking "no me sorprende y es sólo consecuencia de las reformas del gobierno anterior. Una 'fiesta' que nos hizo perder US$10 mil millones y nos hizo retroceder siete puestos".
Sin embargo, hay voces que desestiman esa visión. El
ex subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, atribuyó las malas cifras a “las altas expectativas que generó el Gobierno en el sector privado, al plantear que la falta de crecimiento obedecía a políticas erradas que la nueva administración solucionaría, están pasando la cuenta".
"Quienes hoy están en el gobierno criticaron la gestión de Bachelet por el exceso de reformas, pero hoy cometen el mismo error (…) ¿Cuál es el impacto de esta agenda tan ambiciosa? Que tenemos muchos flancos abiertos que generan incertidumbre, especialmente cuando vemos pocas condiciones para llegar a acuerdos", indicó.
Pero, ¿hasta qué punto el jefe de Estado puede seguir culpando a la administración anterior? Según el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales y Doctor en Economía de la Universidad de Chicago, Ricardo Ffrench-Davis, La Moneda ya no tiene margen para insistir en esa teoría.
"Piñera recibió una economía bien reactivada por parte de Bachelet, pero eso le duró cuatro o cinco meses, por factores internos y externos. Internos como la confianza de la gente, había más tranquilidad en los empresarios y continuó la reactivación. Pero no hubo ningún esfuerzo para mantener la economía a esa velocidad", dijo a Emol.
En ese sentido, a juicio del académico el que Piñera diga que es responsabilidad de Bachelet "tiene cero sustento. El gobierno anterior estaba creciendo al 4,6% cuando comenzó el actual Gobierno, había recuperado lo que había estado perdiendo. O sea, le dejó una economía que iba para arriba, no le dejó una economía hacia abajo".
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No se puede seguir utilizando ese argumento, ni siquiera en marzo el Presidente podía decir eso, porque los meses anteriores a su asunción ya la economía se había recuperado. Puede achacarle otras cosas, pero no que la economía estaba estancada, porque estaba recuperándose, con mayúsculas, fuertemente", recalcó.
Consultado sobre si le va a alcanzar el tiempo al Gobierno para rectificar el rumbo, Ffrench-Davis aseguró que "con dos años y medio hay tiempo", pero advirtió que debe tomar acciones concretas y no realizar solo anuncios. "Han sido muy pasivos y hay desequilibrio entre lo que se anuncia y lo que contienen los proyectos de ley", dijo.
"Son muy deficientes, voluntaristas. Esto no significa que esté todo mal, hay muchos ingredientes buenos, pero las reformas importantes están malas. Llevamos nueve meses con las exportaciones estancadas y las autoridades no lo notan, estamos llenos de anuncios sin sustento", cuestionó.
Una mirada similar planteó el miembro de la Comisión de Hacienda del Senado, Jorge Pizarro (DC), quien aseguró a este medio que “el Gobierno tiene que asumir de una vez por todas las responsabilidades que tiene en la falta de inversiones en innovación, en no tener políticas más agresivas de apoyo al emprendimiento”
"Eso francamente está muy alejado de la realidad, no pueden seguir echándole la culpa al gobierno anterior, cuando sabemos que el año pasado y este año se ha invertido un 15% menos en innovación, se ha dejado de hacer capacitación que permita mayor preparación de quienes están llevando adelante emprendimientos", recalcó.
Pizarro recordó que "ellos prometieron crecimiento, mejorías en la condición económica de la gente, pleno empleo, prometieron muchas cosas que no se están cumpliendo y la realidad -lamentablemente para todos los chilenos- es más negativa que el año pasado y se ve más desesperanza hacia el futuro".
El efecto de las reformas de Bachelet
Una postura distinta manifestó el presidente del Consejo Asesor Fiscal, Klaus Schmidt-Hebbel, quien aseguró que sí se puede seguir culpando a la ex Presidenta “por los siguientes 50 años. La razón es muy sencilla: su reforma tributaria castigó tan severamente la inversión que si no se resuelve vamos a seguir creciendo a tasas de 1,8% en cuatro años promedio”.
"Además, aprobó una reforma laboral que desincentiva enormemente el empleo, porque implica un desbalance en la capacidad de negociación de empleadores y sindicatos y eso afecta enormemente la productividad laboral y los costos.
La combinación de esas dos reformas significó enormes desincentivos para iniciar nuevas empresas y tener mayores proyectos de inversión", enfatizó.
Según Schmidt-Hebbel, "no vamos a resolver el tema crecimiento si no resolvemos esos temas. Después hay como 30 medidas más que afectan, y la agenda de reformas microeconómicas que está empujando el ministro Valente es muy buena; si pasan, son un factor que va a influir positivamente en el trabajo y el crecimiento".
"El éxito económico de este gobierno, del siguiente o el futuro, depende de pasar correcciones sustantivas de las malas leyes y regulaciones que tenemos. Si no aclaran eso y no hacen un paquete grande de reformas pro-empleo y pro-crecimiento, mejores regulaciones económicas, vamos a mantener nuestro crecimiento al 1,8%", aseveró.
En tanto, el senador de RN, Andrés Allamand, sostuvo que las reformas de Bachelet y los factores externos "efectivamente influyen. En todo caso, el Gobierno puede exhibir tasas de crecimiento económico muy superiores a las de la administración anterior. Del mismo modo, las cifras de empleo expresadas en 194.217 nuevos empleos formales son auspiciosas".
"El Gobierno ha mantenido la atención sobre el rumbo económico y ha propuesto dos reformas, la tributaria y laboral, que son de gran importancia para la buena marcha de la economía", añadió, junto con descartar que si el Gobierno no logra repuntar se ponga en riesgo la continuidad de la centroderecha en el poder.
"La conducción económica del país, caracterizada por la seriedad en el control de las variables macroeconómicas y la proactividad en propuestas, será siempre un activo para la centroderecha. Yo estoy seguro que el balance final del Gobierno en materia económica va a ser muy positivo", afirmó.
A juicio del
senador Juan Antonio Coloma (UDI), quien también forma parte de la comisión de Hacienda de la Cámara Alta, es correcto que Piñera apunte a Bachelet, ya que "ahora más que nunca se cumple el aforismo de que los errores se pagan y esto fue advertido antes de la legislación y eso nadie lo puso en duda".
"Cuando el Presidente dice que la caída en el ranking es producto de los cambios que se produjeron hace cuatro años a mí me parece completamente coherente con lo que siempre dijimos y lamentablemente eso se paga. Lamentablemente creo que es cierto y lo peor es que eran errores evitables", subrayó.
Según Coloma, esta situación "hace mucho más urgente que la reforma en materia tributaria, laboral y previsional sean comprendidas como una palanca decisiva ya no para continuar con la línea de desarrollo, sino que para no seguir descendiendo en los rankings de competitividad".
"Pero más allá de discutir esto, es tener conciencia que hay que enmendar y por eso es mucho más importante aprobar rápido las reformas que nos han hecho perder competitividad. El Gobierno ha hecho un esfuerzo, pero mientras no seamos capaces de reformar esos problemas estructurales, va a ser mucho más complicado llegar a buen término", concluyó.