En medio de la discusión de la reforma de pensiones en Chile, otros países también se enfrentan a intensos debates en torno a sus respectivos sistemas de jubilación. Sin embargo, el foco no es el mismo.
Si a nivel local el principal eje del debate -por ahora- gira en torno a la necesidad de una cotización individual mayor, en las economías desarrolladas el problema es la edad de jubilación y el fenómeno al que llaman "el invierno demográfico".
Así lo reveló un Informe del Foro Económico Mundial, el que sostiene que en países como Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Japón, los saldos de las cuentas de jubilación no aumentan lo suficientemente rápido como para cubrir el aumento de la esperanza de vida.
De hecho, las cifras alarman a la entidad: los trabajadores están viviendo diez años -y más- de los que están pronosticados en sus cuentas. Por eso, "a menos que se tomen medidas, las personas mayores tendrán que arreglárselas con menos o posponer su jubilación. O uno gasta menos, o se gana más", afirmó el coautor del informe, Han Yik.
Pero en una mirada con perspectiva, a ningún jubilado del mundo le va tan mal como a los de Japón, donde el déficit de ahorro es de 20 años para las mujeres y de 15 para los hombres.
El crítico caso japonés
El país asiático encabeza el proceso denominado "invierno demográfico" y que está comenzando a castigar a los países occidentales por un envejecimiento imparable de la población y bajas tasas de natalidad que hacen peligrar el relevo generacional.
"Necesitamos cambiar la actual estructura de sociedad económica para que se ajuste a un modelo en el que se viva hasta los 100 años. Si no lo hacemos, no podremos reformar la Seguridad Social para dar esperanza a la próxima generación"
Shinjiro Koizumi, diputado del partido de Abe que encabeza esta reforma
Es más, según el Banco Mundial, Japón es el país con mayor proporción de personas que supera los 65 años de edad (su edad de jubilación). En concreto, 27% de la población supera este límite y más de 34 millones de habitantes están en disposición de retirarse de su vida laboral.
Así, con una tasa de cotización del 18% y la mayor esperanza de vida del planeta (84 años promedio entre hombres y mujeres), la reforma que está enfrentando el Gobierno de Shinzo Abe es una de las más impopulares que puede enfrentar una administración: subir de forma importante la edad de jubilación.
Sucede que aunque cotizan en línea con el promedio de los países de la OCDE (19%), los ahorros de los japoneses se invierten en activos muy seguros que producen pocas ganancias a lo largo del tiempo, recalca el Foro Económico Mundial. Como resultado, el ahorro promedio en el país nipón solo es suficiente para cubrir 4,5 años una vez retirados.
Frente a este escenario, un análisis realizado por al Agencia de Servicios Financieros (FSA) de Japón, reveló que la brecha entre ingresos y ahorros del Estado impedirá que muchos jubilados puedan vivir solo de pensiones y cifró en US$185.000 el monto que necesitaría una pareja de jubilados, además de sus pensiones, para poder vivir 30 años.
En medio de críticas desde la oposición a Abe, el Primer Ministro y su gabinete están puliendo las últimas páginas de una fórmula para sostener el presupuesto del país frente a esta situación. ¿La medida? alargar la edad laboral hasta, al menos, los 70 años y entregar beneficios a los que quieran trabajar hasta los 75.
Se trataría de uno de los proyectos más ambiciosos en dicha materia, ya que las iniciativas que han ido en esa misma línea no superan los 67 años de edad y nunca han propuesto un aumento tan grande (5 años).
En Chile, mientras tanto, si bien los expertos han recalcado que la edad de jubilación sí es un problema, aún no forma parte del grueso de la discusión y tampoco es un tema que se aborde en la actual reforma al sistema.