El presidente surcoreano, Moon Jae-in, instó a Japón a retirar las restricciones impuestas recientemente para exportar al país vecino y a dialogar para solventar la actual crisis diplomática, al tiempo que amenazó con activar medidas correspondientes si Tokio no mueve ficha.
"Insto al lado japonés a rectificar la medida y pido diálogo sincero entre ambos países", dijo hoy el Mandatario durante una reunión mantenida con miembros de la oficina presidencial en Seúl.
Esta es la primera reacción de Moon ante las restricciones impuestas por Tokio el pasado 1 de julio, aparentemente en respuesta a los fallos de varios tribunales surcoreanos -incluido el Supremo- ordenando a empresas niponas pagar compensaciones a ciudadanos coreanos (o sus herederos) esclavizados por las mismas durante la II Guerra Mundial.
Las restricciones afectan a materiales -como la poliimida de flúor- que empresas surcoreanas importan en su mayoría de Japón para fabricar productos básicos para el músculo exportador de Corea del Sur, como chips de memoria o pantallas.
"Corea (del Sur) y el resto del mundo están preocupados con respecto a la decisión de restringir transacciones que aportan un beneficio privado mutuo por motivos políticos", añadió Moon, según las minutas del encuentro publicadas por la oficina presidencial.
El presidente surcoreano subrayó que su Gobierno, que ha presentado una queja formal ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), buscará "de manera sosegada" una solución diplomática y apoyará a las empresas surcoreanas que encaran las restricciones, aunque a su vez advirtió con responder si Tokio no muestra voluntad de dialogar.
"Si se producen daños para las compañías coreanas, nos veremos forzados a adoptar a su vez medidas necesarias. Es algo que no quiero hacer", explicó.
Las medidas de Tokio han puesto en guardia a grandes empresas surcoreanas como Samsung Electronics o SK Hynix, los dos mayores fabricantes de chips del mundo.
De hecho, el presidente de facto del grupo Samsung, Lee Jae-yong, se encuentra de visita en Japón para tratar con empresarios locales una situación que se considera grave, ya que se habla de un posible agotamiento de existencias en los próximos días.
Japón, que colonizó la península entre 1910 y 1945, sostiene que todas las compensaciones para las víctimas esclavizadas por empresas niponas quedaron solventadas en el tratado de normalización de relaciones de 1965.
Mediante este tratado, Tokio donó al país vecino US$300 millones, dinero que la dictadura militar de Park Chung-hee no hizo llegar a las víctimas, motivo por el cual miles de ellas han demandado a su vez este año al Gobierno surcoreano.