Al dejar caer su moneda, China abrió un nuevo frente en su guerra comercial contra Estados Unidos, con el potencial de amortiguar el impacto de las sanciones arancelarias de Washington, pero también de frenar su economía, al ralentí.
La divisa china traspasó el lunes el umbral simbólico de 7 yuanes por dólar, su nivel más bajo en 11 años.
Estados Unidos respondió acusando oficialmente a Beijing de manipular su moneda, lo que el martes negó el Banco Central chino, que establece cada día un tipo de cambio de referencia del yuan frente al dólar.
Beijing "se opone firmemente" a esas acusaciones. "La parte estadounidense no tuvo en cuenta los hechos y calificó de manera irracional a China de manipulador de moneda", reaccionó la institución en un comunicado.
En la víspera, el presidente del Banco Central chino, Yi Gang, afirmó que China "no se comprometería en una devaluación competitiva" y no "utilizaría el tipo de cambio [...] para hacer frente a problemas exteriores, como los diferendos comerciales".
El Banco Central chino "se comprometió a mantener un tipo de cambio del yuan a un nivel razonable y estable", dijo.
Algunos analistas consideran, sin embargo, que el gigante asiático podría dejar caer todavía más su moneda.
Estados Unidos, y Trump particularmente, viene haciendo notar su incomodidad con un dólar tan fuerte. Es por lo mismo que presiona a la Reserva Federal para que baje las tasas y de esa manera devaluar el dólar para hacer más competitivos los productos. Por lo general, siempre ha acusado a Europa y China de manipular la divisa para sacar ventaja en ese sentido con las exportaciones
José Raúl Godoy, analista de mercados de XTB Latam
Fuga de capitales
China "está dispuesta a tolerar una nueva depreciación del yuan frente a la escalada de las tensiones comerciales con Estados Unidos", destacó el economista Bo Zhuang, del gabinete de estudios TS Lombard.
Beijing, que controla estrechamente el curso de su moneda, fija cada día un tipo de cambio de referencia, a partir del cual autoriza una fluctuación de más o menos el 2%.
Este marcado descenso es "el resultado evidente de una intervención activa" del banco central, para favorecer las exportaciones chinas y atenuar el impacto de la subida de los aranceles estadounidenses sobre los productos chinos, según Bo.
Donald Trump dio un paso más el jueves en la guerra comercial contra Beijing, al anunciar que pretende extender los aranceles suplementarios a casi la totalidad de las importaciones de China a partir del 1 de septiembre.
Pero ni siquiera una fuerte depreciación del yuan servirá para compensar totalmente el impacto de la guerra comercial, advirtió el economista Tao Wang, del banco UBS.
La estrategia de la devaluación podría resultar contraproducente para Beijing que, en cambio, intenta desde 2015 estabilizar su moneda y así evitar fugas de capital.
José Raúl Godoy, analista de mercados de XTB Latam, señaló a Emol que "a largo plazo la depreciación de su moneda no es conveniente. Una disminución en la divisa de China disminuye el poder adquisitivo de las empresas y de los hogares; con la misma cantidad de yuanes puedo compras menor dólares, lo que puede afectar negativamente a los proyectos y a su industria".
Ricardo Bustamante, jefe de Estudios Trading de Capitaria, añadió a este medio que "se puede transformar en un arma de doble filo ya que al generarse una importante debilidad de su moneda, podría existir una importante salida capitales de China, lo que es negativo para la inversión en la gigante economía asiática".