La gigante aeronáutica Boeing anunció este lunes que su director ejecutivo, Dennis Muilenburg, fue sacado del cargo en medio de la crisis de la compañía que lucha por recuperar la confianza del mercado y el público tras los accidentes mortales de su avión 737 Max que cobraron la vida de 346 personas.
Así, según un comunicado de la compañía, su dimisión es con "efectos inmediatos" y, a partir del 13 de enero de 2020, asumirá el actual presidente del consejo, David Calhoun, como consejero delegado y presidente.
Por su parte, el actual director financiero de Boeing, Greg Smith, asumirá el cargo de CEO interino durante el breve periodo de transición hasta que Calhoun asuma.
El consejo de administración de Boeing ha decidido, que a partir de esa fecha, Lawrence Kellner, que ya se sienta en el máximo órgano de dirección de la empresa, releve a Calhoun como presidente del consejo.
"El consejo ha decidido que un cambio en el liderazgo era necesario para restablecer la confianza en la compañía a medida que trabaja para reparar las relaciones con los reguladores, los clientes y otras partes interesadas", ha explicado Boeing.
El fabricante aeronáutico ha subrayado que, con esta nueva cúpula directiva, operará con un "compromiso renovado" en la transparencia "total", incluyendo una comunicación "proactiva y efectiva" con la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), el regulador de la aviación civil de Estados Unidos.
La renuncia de Muilenburg se produce una semana después de que Boeing anunciara que suspendería por completo la producción de nuevos aviones del modelo 737 MAX a partir de enero.
Desde que el 737 MAX se quedara en tierra por los dos accidentes mortales registrados en Etiopía e Indonesia, Boeing ha fabricado cerca de 400 aviones de este modelo, que han quedado almacenados debido a la falta de entregas por su suspensión para operar.