Si bien no pareciera haber demasiado apoyo dentro de los convencionales constituyentes por afectar la autonomía del Banco Central, sí son varias las voces que han planteado discutir ampliar su mandato y objetivos.
Actualmente la misión del instituto emisor es velar por la estabilidad de la moneda, esto es, mantener la inflación baja y estable en el tiempo, junto con promover la estabilidad y eficacia del sistema financiero, velando por el normal funcionamiento de los pagos internos y externos.
Sin embargo, para algunos estos objetivos debiesen aumentar, por ejemplo, incorporando un mandato que diga relación con el empleo, como en otros bancos centrales del mundo.
A ello se refirió esta mañana el presidente del Banco Central de Chile, Mario Marcel, quien presentó el Informe de Política Monetaria (IPoM) de junio en una actividad de Icare.
En primero lugar, recalcó la importancia de respetar el trabajo de la Convención Constitucional, y explicó cómo funcionan los objetivos de bancos centrales de otros países que tienen "mandatos que están más ligados al empleo o a la actividad".
"En el caso de la Reserva Federal (Estados Unidos), por ejemplo, su mandato es contribuir a la estabilidad de precios, el máximo empleo y a contener las tasas de interés", dijo, añadiendo que la Fed " reconoce que estos mandatos tienen que articularse de alguna manera, porque la economía tiene piezas interrelacionadas, hay decisiones en las cuales se puede fortalecer una meta y puede debilitarse otra".
"Entonces, ¿cómo se traduce este mandato general a la manera que conduce la política monetaria? Lo que ellos hacen es que el consejo, el directorio, cada cinco año emite una declaración de metas de largo plazo, en la cual va explicando cómo va a cumplir ese mandato. Ahora muy recientemente, en enero de este año, emitieron la última versión de esta declaración de objetivos de largo plazo y estrategia de política monetaria", agregó
En ese sentido, continuó, "si uno se va a la manera en que esto está articulado, se hace referencia a estos mandatos de carácter general, luego se explica que el nivel de máximo empleo es un concepto bastante amplio que no se puede medir directamente y que requiere de un monitoreo regular en sus distintas dimensiones. En el caso de la inflación en cambio, lo liga a un determinado indicador y una meta específica que es una meta de inflación de 2%".
"La manera en que la Fed refleja este mandato, que tiene estas tres dimensiones, en términos de como conduce la política monetaria, es bien parecido a lo que tenemos nosotros, con la diferencia de que nosotros tenemos una meta específica de inflación proyectada a dos años, mientras que la Fed tiene una meta de un promedio de inflación durante un periodo largo que no especifica", comentó Marcel.
También resaltó el caso del Banco Central de Australia. "Su mandato es contribuir a la estabilidad de la moneda, al empleo pleno y a la prosperidad económica y bienestar del pueblo australiano. Es un mandato que tiene incorporado el tema del empleo, pero también un concepto más general de bienestar y prosperidad para el país".
"Ahora, nuevamente este mandato tan amplio luego se operacionaliza. En el caso de Australia esto se operacionaliza a través de una especie de acuerdo con el Gobierno, una declaración conjunta, respecto de la conducción de la política monetaria y cómo se relaciona con los objetivos del banco. En esa declaración se establece una cierta jerarquización de objetivos para la política monetaria", dijo.
"Esa jerarquización, sin desconocer el objetivo de pleno empleo, señala que ese Banco Central en el caso de Australia tiene que concentrarse en la estabilidad de precios afirmando que esta es una precondición necesaria y crucial para la mantención del empleo y el crecimiento económico", recalcó. "Entonces así es como en el caso de Australia se articulan estos objetivos".
Mientras que "Nueva Zelanda tiene algo bastante parecido, donde también hay una suerte de acuerdo con las autoridades de Gobierno. Hay otros casos interesantes en los países nórdicos. En el caso del Banco Central de Noruega, por ejemplo, señala que su propósito es mantener la estabilidad monetaria, promover la estabilidad del sistema financiero, un eficiente y seguro sistema de pagos y contribuir a una alta y estable producción y empleo", sostuvo el economista.
"Es muy importante vincular lo que son mandatos más genéricos, más institucionales, con la manera en que se operacionalizan, se ordenan los objetivos y se transforman en política monetaria. Eso creo que es algo bien importante de entender en una discusión que puede incluir estos temas de los mandatos".
Mario Marcel
"Nuevamente hay una forma de operacionalizar eso que señala que mientras exista confianza respecto de que la inflación se va a mantener baja y estable, la política monetaria también va a poder contribuir a suavizar los efectos de las fluctuaciones en la producción y el empleo", agregó.
Dicho eso, Marcel señaló que con lo expuesto pretendía ilustrar que "aquí hay una construcción institucional que va más allá de señalar tal o cual objetivo en la Constitución o en la Ley Orgánica de un Banco Central. Eso conduce a una forma de hacer política monetaria que evita concentrarse en reaccionar a la inflación en el corto plazo, y eso es algo que también tenemos nosotros. No tenemos un mandato en relación con el empleo, pero sí formulamos nuestra política monetaria dentro de este horizonte a futuro de dos años".
"Ese horizonte a dos años, asegurar la convergencia de la inflación a dos años permite reducir las fluctuaciones de la actividad en el corto plazo y a sobre reaccionar frente a cambios puntuales de la inflación", manifestó.
Por último, afirmó que "es muy importante vincular lo que son mandatos más genéricos, más institucionales, con la manera en que se operacionalizan, se ordenan los objetivos y se transforman en política monetaria. Eso creo que es algo bien importante de entender en una discusión que puede incluir estos temas de los mandatos".
