El primer Informe de Finanzas Públicas (IFP) del Gobierno de Gabriel Boric fue el que presentaron esta mañana el ministro de Hacienda, Mario Marcel, y la directora de Presupuestos, Javiera Martínez, quienes dieron cuenta de importantes ajustes respecto a las estimaciones realizada por la administración anterior.
El Ejecutivo proyecta que la economía chilena se expanda 1,5% en 2022, muy por debajo del 3,5% pronosticado en el informe de enero, el último confeccionado por la administración de Sebastián Piñera.
"Para 2022, recordarán que el ultimo informe de enero tenía proyecciones más optimistas para 2022 que las que se presentaron con el Presupuesto en tercer trimestre del año pasado. Se subió la estimación a 3,5% y la demanda interna por sobre 2,5%", recordó el jefe de las financiera públicas en su exposición ante la comisión de Hacienda del Senado.
Dicho eso, señaló que ahora "estamos adoptando estimaciones considerablemente más moderadas, con crecimiento de 1,5% para la economía este año y caída de 1% en la demanda interna".
Las cifras del Gobierno anterior habían sido cuestionadas por Marcel en el marco de las reuniones de traspaso con el ex titular de Hacienda, Rodrigo Cerda.
"Dos puntos de diferencia es bastante significativo, y especialmente significativa es la diferencia en la demanda interna, que es más importante en la recaudación que el PIB, por el peso del IVA. Ahí tenemos una diferencia de 3,5 puntos", recaló Marcel. "Aún así, las proyecciones son mejores que las que habían en la discusón del Presupuesto de 2022", agregó.
Asimismo, el Gobierno ajustó sus pronósticos inflacionarios en medio de un escenario de fuerte escalada de precios en el país, subiendo en 2,4 puntos porcentuales el cálculo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) para este año, hasta 8,9% .
A su vez, se actualizaron los pronósticos esperados para el tipo de cambio y el precio del cobre. Para el dólar, se espera que termine el año en $811, mientras la estimación para el metal rojo, en tanto, pasó de un precio promedio de US$410 la libra en 2022 a US$4,45.
Con esto, según el informe, se esperea que en 2022 la economía experimente una corrección, que debería permitir ir equilibrando el desbalance macroeconómico que ocasionó la crisis provocada por el covid-19.
A raíz de ese panorama macroeconómico, se espera una recaudación de ingresos del Gobierno Central Total para 2022 que asciende a $57.442.256 millones, lo que implica una disminución de los ingresos de 1,5% respecto a del o proyectado en el informe del cuarto trimestre de 2021.
"Lo que aquí se ve es una economía que tiene que hacer durante este año una transición lo más ordenada posible desde un punto de partida de una economía sobrecalentada, que es como terminó el año pasado, a un crecimiento sostenible no inflacionario. Es una transición que no es fácil de hacer y uno tiene que ser bien cuidadoso en cómo va manejando la política macroeconómica y fiscal".
Mario Marcel
Otras de las proyecciones modificadas son las relacionadas con las holguras fiscales para 2023-2026, indicando que el espacio disponible sin afectar la trayectoria de reducción del déficit fiscal estructural es de US$25.515 millones, siendo menor a la proyección del anterior gobierno que era de US$30 mil millones.
Asimismo, se señaló que, cumpliendo con el apretado marco presupuestario para 2022 y un déficit estructural estimado de -3,3% del producto este año, se definió una convergencia "exigente, pero realista" de 0,75 puntos del PIB por año dentro del actual periodo presidencial.
En base a lo anterior, se proyecta que para 2025 el déficit fiscal estructural llegue a -1,1% y -0,3% para 2026. Todo, con el fin de que la deuda pública no no supere el 45% del PIB, incluso en el escenario fiscal expuesto por Hacienda se prevé que la deuda se estabilice en 43,9% del Producto en 2023.
A modo de balance, Marcel comentó que "lo que aquí se ve es una economía que tiene que hacer durante este año una transición lo más ordenada posible desde un punto de partida de una economía sobrecalentada, que es como terminó el año pasado, a un crecimiento sostenible no inflacionario. Es una transición que no es fácil de hacer y uno tiene que ser bien cuidadoso en cómo va manejando la política macroeconómica y fiscal".
"La consolidación de las finanzas públicas es un componente muy central de este proceso, tanto en la medida que puede colaborar al control de la inflación, como también por la capacidad que tenga de seguir apoyando a sectores rezagados o vulnerables de la población y de la economía. Para esto, entonces, la política fiscal en 2022 se va a mantener dentro de los márgenes definidos en el presupuesto y, luego, va a continuar con una trayectoria de reducción del déficit estructural para los próximos cuatro años", concluyó.