La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) rebajó por segundo mes consecutivo su previsión de consumo de crudo para 2022, hasta situarlo en 100,3 millones de barriles diarios, un 0,6% menos que los datos que manejaba antes de la invasión rusa a Ucrania, considerada por el grupo petrolero como el principal factor de incertidumbre económica en estos momentos.
Con esa nueva revisión a la baja, la OPEP estima que el mundo quemará este año sólo un 3,4% más de crudo que en 2021.
La organización con sede en Viena explica ese nuevo cálculo con las "tensiones en Europa del Este", en referencia a la agresión rusa a Ucrania, así como con el aumento de la inflación, o los cuellos de botella en la cadena de suministros global, cuyo crecimiento anual se recorta del 3,9 al 3,5%.
"Se espera que la demanda en 2022 se vea afectada por los actuales acontecimientos geopolíticos en Europa del Este, así como por las restricciones de la pandemia de la covid-19", señaló la OPEP en su informe mensual sobre la situación del mercado publicado hoy.
En su análisis de las incertidumbres sobre la evolución de la economía global, y su consiguiente impacto en el consumo de crudo, la OPEP menciona también el embargo al petróleo ruso que podría imponer la Unión Europea (UE), y el recorte a las importaciones de gas.
Esas sanciones a Rusia podrían, según el cartel, afectar a los precios de la energía y, por tanto, al desarrollo de la economía global.
De momento, la OPEP prevé que Rusia, con la que forma la alianza OPEP+, suministrará este año de media 10,88 millones de barriles al día, un 7,5% (unos 890.000 barriles diarios) inferior a lo previsto hace tres meses.
En general, la OPEP insiste en que el crecimiento de la economía y de la demanda de crudo dependerá del resultado del conflicto armado en Ucrania y su posible efecto de contagio en la economía de la eurozona.