"Espero que este Gobierno no convierta al acuerdo con la Unión Europea en un nuevo CPTPP (o TPP-11)", señaló ayer a
EmolTV el ex de Relaciones Económicas Internacionales (Subrei),
Rodrigo Yáñez, quien estuvo a cargo de negociar el año pasado la modernización del tratado comercial que Chile mantiene con la UE desde 2003, la cual ya fue ratificada por "los 27", sin embargo, la administración de
Gabriel Boric pretende revisar algunos aspectos antes de hacerlo.
Todo esto, en medio del debate que se ha generado en Chile por el anuncio de una polémica iniciativa impulsada por el nuevo líder de la Subrei, José Miguel Ahumada, consistente en concretar una consulta ciudadana para abordar la política de comercio exterior chilena y así "legitimarla", expresión que generó dudas en diversos sectores y que luego fue corregida por la canciller, Antonia Urrejola, quien explicó que se trata de un proceso que tiene como objeto recoger la visión de los distintos actores en materia de comercio exterior.
Sea como sea, para Yáñez no sería correcto "esperar la consulta para poder seguir dando pasos en política comercial", apuntando especialmente a la modernización del acuerdo con la UE, tema que hace recordar la acalorada discusión en torno al Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (más conocido como TPP-11) que fue sellado en Chile en 2018, pero que aún no ha sido ratificado por el Congreso -pese a que varios de los 11 países miembro ya lo han hecho- y se mantiene en el congelador del Senado.
De hecho, el interés por el hecho de que Chile confirme la modernización comercial con la UF fue la principal razón de la visita que realizó el alto representante de la Unión Europea, Josep Borrell, entre el pasado 27 de abril y 1 de mayo.
Para la UE, esto se trata de un acuerdo de "última generación, promoviendo nuevos estándares en el ámbito de desarrollo sostenible, igualdad de género y comercio justo".
Tras una reunión con Borrell llevada a cabo hace dos semanas, el Presidente Boric manifestó la voluntad del Gobierno de llegar a "buen puerto" respecto al acuerdo. "Lo están viendo nuestros grupos de trabajo técnico", dijo, añadiendo que la UE "ya lo ratificó" y destacó que el bloque es "un socio estratégico de Chile en materia comercial, pero no sólo en materia comercial, también en materia cultural y de valores políticos compartidos".
Borrell, por su parte, expuso que esta modernización "no es solo un acuerdo comercial, sino que es un acuerdo que trata de fundamentar sobre los valores compartidos", por lo que agradeció la voluntad del Mandatario chileno "de llevar a buen término este acuerdo de asociación que será mutuamente beneficioso para la Unión Europea y para Chile".
"Permítame que recuerde que los europeos somos los primeros inversores en Chile, casi el 40% del capital productivo chileno ha sido financiado por la inversión directa de las empresas europeas y que queremos ir más allá de lo estrictamente económico y comercial para asentar lazos basados en nuestra historia, nuestra cultura y, sobre todo, como usted lo ha dicho, en valores", acotó el alto representante de la UE, quien espera que Chile pueda ratificar el acuerdo antes de fin de año.
Detalles del acuerdo
Según un documento emanado por la Subrei el año pasado, entre los principales beneficios que traería esta modernización para Chile sería una importante mejora en las condiciones de acceso al mercado europeo para cerca de 900 productos de los sectores agrícola, agroindustrial y pesquero, llevando a casi 99,6 % el total de productos chilenos con preferencias arancelarias en el mercado de la UE.
También facilitaría el acceso a miles de pymes chilenas a la Unión Europea, "siendo el acuerdo más ambicioso en materia de acceso a mercado en servicios suscrito por Chile", subrayó el texto.
En esa línea, según Yáñez, se trata de "un acuerdo muy ambicioso en el sector de servicios y ahí justamente está la conexión con las personas, con las pymes, también con el comercio electrónico. Ese acuerdo debería avanzar".
"Es absolutamente innecesario polarizar la discusión respecto a este acuerdo que además tiene una relevancia geopolítica tremenda para Chile. Es muy positivo y es un acuerdo que fue muy complejo de negocia".
Rodrigo Yáñez
También apunta a establecer un marco jurídico que regule las inversiones entre Chile y la UE, reemplazando los 16 Acuerdos de Protección de Inversiones bilaterales vigentes entre Chile y estados miembros del bloque y dos que fueron suscritos y no entraron en vigor, corrigiendo inconsistencias y divergencias existentes entre sí, que han sido criticadas por diversos sectores en el último tiempo.
A su vez, apunta a dotar la relación de Chile con la UE "de una preocupación prioritaria por áreas tan relevante como la protección de los derechos laborales y del medio ambiente, convirtiéndose en el acuerdo más verde suscrito por Chile, al incorporar expresamente los estándares del Acuerdo de Paris", agregó el documento.
Al mismo tiempo, busca regular el comercio digital entre las partes, además de incluir materias de paridad de género, algo inédito en este tipo de acuerdos. Sumado a ello, se establece una alianza estratégica entre Chile y la UE para desarrollo de hidrógeno verde.
"No nos podemos farrear ese acuerdo", recalcó Yáñez. "Es absolutamente innecesario polarizar la discusión respecto a este acuerdo que además tiene una relevancia geopolítica tremenda para Chile. Es muy positivo y es un acuerdo que fue muy complejo de negociar", agregó.