El operador del sistema de gasoductos, la empresa ucraniana Gas TSO, informó que ya no podía transportar gas a través de una estación ubicada en la región de Luhansk, al este de Ucrania, cerca de la frontera con Rusia. La compañía dijo que no tenía control operacional sobre la estación ubicada en territorio controlado por Rusia, con fuerzas militares interfiriendo en las operaciones y desviando gas de tal forma que podía comprometer la estabilidad del sistema de gasoductos.
La compañía advirtió que en repetidas ocasiones ha dicho al exportador ruso Gazprom, de propiedad estatal, sobre las amenazas que tienen estas interferencias sobre el flujo del gas, pero esas advertencias han sido ignoradas.
El gasoducto transporta cerca de un tercio del gas ruso que se dirige a Europa. El operador ucraniano dijo que el déficit que generaba este cierre, podía ser recuperado a través de otro gasoducto que cruza desde Rusia a Ucrania cerca del pueblo de Sudzha.
Gazprom advirtió que esto no era posible, pero el flujo a través de Sudzha se disparó de un día a otro, con cerca de 8 millones de metros cúbicos transportados a diario.
Aunque Rusia ya había detenido el flujo de gas natural a Polonia y Bulgaria, debido a una disputa por la realización de pagos en rublos, el corte de este miércoles significa la primera interrupción de suministro de gas a través de Ucrania a consecuencia de la guerra.
Cualquier señal de que los suministros de energía son vulnerables, eleva los precios de forma inmediata. Los precios al contado subieron un 4% al abrir las transacciones el miércoles, llegando a 103 euros por megawatt. Más tarde descendieron, alcanzando unos 95 euros por megawatt/hora, bajo lo que estaban el martes.
Los gobiernos europeos no están contentos de tener que enviar cientos de millones de dólares al día a Rusia por energía, pero no han podido consensuar un boicot al gas natural, por la fuerte dependencia que tienen grandes economías como Alemania e Italia. La comisión ejecutiva de la Unión Europea propuso una eliminación gradual del petróleo ruso, pero también ha tenido resistencia de países dependientes como Hungría.
Economistas estiman que un corte total del petróleo y el gas, llevarían a Europa a una recesión. Sólo la pérdida del gas golpearía a las industrias del metal, fertilizantes, vidrio y cerámica, que ya han tenido que bajar su producción en algunos casos, debido al alza del precio de la energía. Y los consumidores tendrían que afrontar cuentas más caras de energía y calefacción de lo que ya hacen.
Para evitar estos resultados, la UE ha propuesto reducir las importaciones de gas desde Rusia en dos tercios para finales del presente año, usando suministro adicional desde Noruega y Azerbaiyán, más compras de gas licuado que se transporta por vía marítima, y aumento de plantas de energía eólica y solar. Que esto se pueda lograr, aún está por verse.
Tom Marzec-Manser, jefe del área de análisis de gas en la firma ICIS, dice que la movida de Ucrania "no es un corte para el suministro de gas". Lo describe como una pérdida de un pequeño porcentaje dentro de todo el suministro europeo, considerando tanto las importaciones como la producción doméstica.
"Sin embargo, es preocupante para el mercado que un hecho como este haya ocurrido", afirma, haciendo notar la intranquilidad por posibles sanciones en el sector energético que pudiesen interrumpir el suministro, sumado al corte ejecutado a Bulgaria y Polonia. "Pero no está alterando de forma fundamental el balance de oferta y demanda en el mercado europeo del gas", agrega.
Antes de la guerra, la proporción del gas que fluye a Europa a través de Ucrania ha caído cerca de un 18%. De ese porcentaje, alrededor de un tercio pasa por esta zona particular del sistema de gasoductos que fue cerrada. Esto significa cerca de 32,6 millones de metros cúbicos al día; en los últimos días, ha bajado a unos 23 millones de metros cúbicos diarios.
No todo, pero la mayoría del gas puede ser redireccionado a través del gasoducto que entra a Ucrania cerca de Sudzha, afirma Zongqiang Luo, analista de Rystad Energy.
Ccon esa capacidad añadida a través de Sudzha, aún quedarían unos 10 millones de metros cúbicos diarios de gas que necesitarían otra forma de llegar a Europa, y "dónde exactamente no está claro, ya que la capacidad pareciera estar completa", dice Luo.
En el transcurso de un año, ese flujo diario ascendería a alrededor de 3.600 millones de metros cúbicos de gas, de los aproximadamente 150.000 millones de metros cúbicos que Europa importa de Rusia. En comparación, no es una cifra enorme, pero los suministros de gas son escasos, los precios son altos y los importadores con los gobiernos están esforzándose por encontrar todos los suministros no rusos que puedan.
Gracias al clima templado, Europa está en mejores condiciones que en el invierno, con reservas apenas adecuadas. De hecho las reservas se están llenando más rápido que el año pasado, pero se necesita que continúe a ese ritmo para cubrir la demanda del próximo invierno.
La interrupción haría más difícil para los países europeos llegar a sus objetivos de niveles almacenamiento para el próximo invierno y "aceleraría los planes de Europa de alejarse de la importación de gas ruso", afirma Luo.
"Ya que la red europea de gas está bien integrada, ningún país probablemente sufriría un impacto inmediato, pero esto pondrá mayor presión en el sistema y establecerá un piso al movimiento de precios a la baja", agrega Luo.
Alemania está recibiendo un cuarto menos de gas a través de Ucrania, según informó su ministerio de Energía el miércoles. El aumento de suministro desde Noruega y Países Bajos está compensando parcialmente la baja, admitió Annika Einhorn, vocera del ministerio.
Einhorn notó que la mayoría del gas ruso que llega a Alemania lo hace a través del gasoducto Nord Stream 1, construido bajo el Mar Báltico, y no pasa a través de Ucrania.
Tanto Gas TSO de UCrania y Gazprom de Rusia han buscado subrayar su confiabilidad como proveedores de gas, pese a la enemistad desatada por la guerra, por lo que los analistas aún están intentando descifrar cuáles son las reglas del juego. Barbara Lambrecht, de Commerzbank, afirma que "aún está por verse si esta interrupción del suministro es algo más que una flexión de músculos".
Tim Ash, experto en mercados emergentes en BlueBay Asset Management, dice que podría ser una acción para forzar la mano de Europa.
"Creo que se está generando una frustración en Ucrania de que Europa está siendo muy lento para desplegar un embargo energético sobre Rusia", afirma. "Si Europa no está preparada para apagar el flujo de dinero para Moscú que significa la energía, ¿por qué Ucrania no pondría el asunto en sus propias manos?".