Reparos políticos han surgido tras el llamado que hizo ayer el Grupo de Política Monetaria (GPM) a frenar los reajustes salariales, con el objeto de evitar una mayor inercia de la fuerte escalada inflacionaria que azota al país.
Lo anterior, ya que reducir el dinamismo de los aumentos salariales suele ser una medida que se estudia en naciones que conviven con alta inflación, para así moderar el riesgo de caer en un círculo vicioso, provocado por los denominados "efectos de segunda vuelta". Sin embargo, estas son difíciles de implementar, dada su evidente impopularidad.
Por lo mismo, diversas voces han salido a manifestar su opinión al respecto, considerando que esta alerta se levantó a pocas semanas de la promulgación de uno de los proyectos emblemáticos del Presidente Gabriel Boric: el histórico reajuste de 14,3% que eleva el ingreso básico a $380 mil -de forma retroactiva- a contar del 1 de mayo, y a $400 mil a partir del 1 de agosto.
Así, la sugerencia del GPM - grupo integrado por los economistas Tomás Izquierdo, Eugenia Andreasen, Carlos Budnevich y Juan Pablo Medina -fue abordada por el ex ministro de Hacienda, Ignacio Briones.
"Me parece complicada", aseguró en conversación con
EmolTV, añadiendo que esta
"apunta en la dirección correcta, pero es complejo políticamente".
Tras ello, explicó que "la inflación tiene inercia, porque tú y yo, los comerciantes, los dueños de un negocio, aquellas personas que trabajan y van a pedir su reajuste salarial, lo van a hacer pensando en la inflación que viene y la mejor estimación que tienen es la que ocurrió", resaltando que "por eso que es tan importante que uno les crea a los bancos centrales cuando dicen que la proyección de la inflación futura es a la baja, porque o sino uno empieza a operar con inercia".
Consultado por la viabilidad de aplicar medidas para frenar alzas salariales, después de sacar adelante el potente reajuste de 2022, Briones insistió en que "es muy complicado" y enfatizó en que "en las promesas uno tiene que ser muy cuidadoso".
"La economía chilena va a tener este año una desaceleración muy importante, y el año próximo va a ser aún más difícil, por lo tanto, el llamado acá es a la cautela con respecto a estas promesas", dijo el ahora académico de la Universidad Adolfo Ibáñez.
Y añadió: "Acá lo importante de entender es que la magia no existe. Yo sé que la economía para muchos es algo distante, pero en realidad está mucho más cerca de lo que creemos porque es algo que hacemos todos los días en nuestras casas (...). Acá no hay multiplicación de los panes, no hay magia, sino sería tan simple como pasar a una ley del salario mínimo de $1 millón o eliminar la inflación por decreto. Eso no existe".
La mirada de parlamentarios
Por su parte, el diputado Jaime Naranjo (PS), quien preside la comisión de Hacienda de la Cámara, cuestionó a los "expertos", afirmando "lo ponemos en comillas, porque ya hemos escuchado a muchos expertos equivocarse reiteradamente, una y otra vez, cuando plantean propuestas o insinúan acciones en materia económica".
Y agregó "no puede ser que al final la inflación la terminen pagando la gente asalariada, es decir, aquí lo que se quiere es proteger a las grandes industrias para que no reajusten el sueldo de sus trabajadores y obreros, y en definitiva los que van a pagar la inflación son los trabajadores, y por cierto, no comparto en absoluto la opinión de ellos".
El
RN Miguel Mellado también hizo saber sus reparos. "A los expertos les diría que aprendan a escuchar a las personas que ganan menos que ellos", acusó.
El también integrante de la comisión de Hacienda de la Cámara ejemplificó: "si gano un sueldo como el mío, no puedo mirar de la misma forma al país de lo que mira una persona que gana $400, $500, $600 mil, entonces eso se llama empatía. Y si los expertos no tienen empatía es mejor que no hablen, porque la verdad es que una persona que tiene $400, $500, $600 mil, vive endeudado, entonces cualquier aumento le viene bien. Y ello no va a hacer un descalabro en la economía producto de que va a haber este aumento, no significa eso".
"No podemos depredar el bolsillo a las familias de la gran mayoría de los chilenos que vive con sueldo menores a $1 millón. Lamentablemente, para los opinólogos ellos ganan mucho más, entonces, mirar desde un escritorio sentado en la tranquilidad de que ganas $4 o $5 millones como ellos, es re fácil opinar", acotó.
Junto con ello, hizo un llamado diciendo "ojo con lo que opinamos, porque creamos realidades que no son, que son ficticias, que no son efectivas. Yo creo que las personas merecen este aumento, y hay que ver de qué manera los precios de los alimentos de las canastas puedan verse disminuidos para poder tener un mayor poder adquisitivo, por ahí va el punto".
Mientras que la diputada Gael Yeomans (Convergencia Social), aseguró que "hay un compromiso de Gobierno, pero también la necesidad de avanzar en la línea de poder hacernos cargo de las necesidades, o sea la inflación tiene un impacto en las familias, son las familias las que han tenido que pagar el costo de la vida, que ha ido en aumento, y por lo tanto, hay que entregar medidas que se puedan hacer cargo de esos aumentos de costo de la vida".
"El reajuste salarial viene a ser una política de justicia en esa materia, y también en el valor del trabajo, para poder asumir esos costos las familias necesitan también recursos económicos, y por eso es necesario también avanzar en el reajuste de la política salarial", agregó la parlamentaria de la comisión de Hacienda.
Respecto de la recomendación del GPM indicó "me parece que es contradictorio, estoy en desacuerdo, creo que no es posible que simplemente digamos hay que tener una política que se haga cargo de la inflación, pero que en lo concreto no se haga cargo de las necesidades".
Y defendió que "el Gobierno lo que está buscando es primero enfrentar la inflación, sabemos que es un tema económico, estamos tomando las medidas, el Gobierno ha implementado un paquete de medidas para hacerse cargo de ello, pero también hacerse cargo de las necesidades de las familias".