La desigualdad laboral entre géneros es una realidad en la que se ha venido trabajando desde hace algunos años para tratar de mitigar su incidencia. Y aunque con el paso del tiempo se han visto ciertos avances, aún queda mucho camino por recorrer para hablar de un campo laboral más inclusivo.
La perspectiva de género -y especialmente el fomento de la corresponsabilidad- son esenciales para dar espacio a que más mujeres líderes puedan acceder a distintos puestos de trabajo dentro del mercado laboral y ellas, a su vez, fomenten la incorporación de otras en el resto de la organización, gracias a su ejemplo.
Esto, sin embargo, es una tarea que no se da de un día para otro, por cuanto requiere de cambios culturales, sociales y normativos profundos que apunten a equilibrar la cancha entre hombres y mujeres no solo dentro del hogar, sino también al interior de las empresas, intensificando políticas de conciliación y corresponsabilidad familiar.
María Jesús García-Huidobro, Gerente de Desarrollo de Trabajando.com explica que “el techo de cristal es una limitación invisible del ascenso laboral que afecta principalmente a las mujeres y que les impide seguir avanzando profesionalmente, para llegar a puestos de liderazgo y directivos”.
La ejecutiva agrega que “es indispensable el fomento de acciones para que tanto hombres como mujeres puedan tener la misma flexibilidad en sus trabajos y el apoyo en permisos de carácter familiar, que históricamente han estado asociadas solo a las madres, como: ir a buscar a los niños al colegio o asistir a reuniones de apoderados. Poco a poco va cambiando la cultura y disminuyendo la doble la carga que normalmente tienen las mujeres asociadas al cuidado de niños, adultos mayores o personas en estado de dependencia, dándoles más espacio para desarrollarse laboralmente”.
En el fondo se requiere de un compromiso general por generar una cultura inclusiva y por intensificar políticas proactivas de igualdad al interior de las organizaciones, generando una mayor conciencia de la relevancia que tiene el contar con equipos diversos al interior de las organizaciones.
¿Qué dicen las cifras?
En lo que respecta a mujeres en cargos directivos durante la pandemia, las “mujeres directoras” avanzaron significativamente, alcanzando un histórico 12,7% al año 2020, lo que significa que hubo una pequeña mejora de 2,2% con respecto al año anterior.
Por otra parte, en el grupo llamado “cero mujeres directoras”, que representan 47% del total, hubo una mejora de 4,1%. Al mismo tiempo, se presentó una disminución en el número de entidades que tienen una sola mujer directora y un aumento de aquellas que cuentan con dos, tres o más, según datos del Tercer Reporte Anual del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género.
No obstante estas buenas noticias, aún queda mucho camino por recorrer. A nivel general, al interior de las organizaciones faltan 9 puntos para alcanzar la paridad en participación de mujeres versus hombres, casi 29 puntos para lograrla en gerencias de primera línea y 37 para que los directorios logren equilibrio de equidad de género, de acuerdo estudio anteriormente mencionado.
Lissette Provoste, gerenta de Cultura y Desarrollo Organizacional de Trabajando.com, explica que "los rubros a los que más han postulado las mujeres en los últimos cinco años son comercio, salud e industria manufacturera, en tanto que aquellos a los que menos han postulado son: gestión de desechos y contaminación, actividades de servicios administrativos y actividades artísticas y de entretenimiento, entre otras".
Esto se explicaría en que “aquellos rubros de mayor postulación ofrecen más oportunidades laborales para el género femenino, lo que se podría explicar dado que son sectores en los cuales se necesitan habilidades de servicio al cliente, empatía y amabilidad. Rasgos que son asociados principalmente al género femenino”, agrega.
“Fomentar la incorporación de mujeres en el ámbito laboral pasa por realizar una serie de acciones que tienen que ver con tener la libertad de elegir un trabajo en la casa, si es que se requiere y si es que es posible, considerando las funciones del cargo. También por tener la libertad de poder decir que “no” cuando se considere que no se está haciendo lo correcto y, sobre todo, por crear una cultura de igualdad de oportunidades, donde todos los actores tengan acceso a los mismos beneficios”, explica Lissette Provoste.
¿Qué beneficios tiene incorporar mujeres en el ámbito laboral?
Facilitar la incorporación de mujeres al ámbito laboral trae una serie de beneficios asociados como mejoras en materia de creatividad, innovación y apertura. Progresos en habilidades interpersonales, tradicionalmente asociadas a perfiles femeninos, como la empatía y una mayor orientación hacia las personas, aspectos clave para el liderazgo. Asimismo, se observa una mayor tendencia hacia la cooperación, la resiliencia, la conducción horizontal y el predominio de lo emocional. Abordar este desafío con responsabilidad y altura de miras es clave para dar el puntapié inicial a las transformaciones.