El presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, fue despedido luego de un escándalo ético que evaporó todo su respaldo político y le puso punto final a su gestión al frente del banco regional cuando se habían cumplido apenas dos años de su mandato, una caída anticipada, inédita y abrupta que abre una nueva carrera para elegir a la persona que lo reemplazará y liderará el principal banco de desarrollo regional.
La Asamblea de Gobernadores del BID, donde están representados los 48 países miembros del banco –Estados Unidos, Canadá y América Latina, varios países europeos, Japón, Corea del Sur y China– votó a favor de poner punto final a la gestión de Claver-Carone. El BID confirmó la decisión, y dijo que la vicepresidente Ejecutiva, Reina Irene Mejía Chacón, asumirá la conducción del banco hasta la elección del nuevo presidente.
Mientras tanto, nombres de ex presidentas de países latinoamericanos y de organismos multilaterales comenzaron a sonar en la región para ser la nueva cabeza del BID. Según el diario argentino La Nación, en Washington, Estados Unidos, se prevé que la testera de la organización regresará a América Latina y
no se descarta que por primera vez se elija a una mujer.
De acuerdo con la publicación, entre los nombres que circulan por estas horas en la capital norteamericana está el de la ex presidenta de Chile y ex alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, a los que se suman la ex presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla y la ex jefa de la Cepal, Alicia Bárcena.
Sin embargo, el proceso recién comienza, pues se trata de las primeras menciones de perfiles que podrían calzar con la vacante, pues el despido de Claver-Carone recién se concretó y oficializó en la tarde de ayer.
La elección se llevará a cabo según lo establecido en el Convenio y en el Reglamente para la Elección de Presidente o Presidenta del Banco, informó la organización. "El Grupo BID y sus equipos siguen operando con normalidad, para cumplir con la misión de mejorar vidas en América Latina y el Caribe", recalcó.
Polémica presidencia
La caída de Claver-Carone le puso un punto final jamás visto en la historia del banco a una presidencia polémica, y a uno de los últimos vestigios del trumpismo sobre América latina.
Claver-Carone había llegado a la presidencia del BID en octubre de 2020, impulsado por el entonces presidente norteamericano, Donald Trump. Su nominación y su elección, que dividió a la región y no contó con un respaldo unánime, habían sido muy controvertidas: además de ser un "halcón" con fuertes posturas ideológicas, fue el primer norteamericano en ocupar una silla que, por tradición, está reservada para América Latina. Claver-Carone llegó al BID con la promesa de reformar la institución, modernizarla y ampliar el capital, algo que nunca logró. Su caída se precipitó en siete días, pero comenzó mucho antes.
En marzo último, una denuncia anónima lo acusó de haber violado el código de ética del banco por haber tenido una relación íntima con su jefa de gabinete. Una investigación externa encargada por el banco reveló evidencias de que Claver-Carone había mantenido esa relación con su colaboradora –ambos habían trabajado juntos en la Casa Blanca durante la presidencia de Trump antes de mudarse al BID– y le había aumentado más de un 40% su salario en su primer año en el banco, en medio de la pandemia. Cobraba US$420.000 por año libre de impuestos.
El informe sostuvo, además, que el jefe del BID no cooperó plenamente con la investigación y retuvo información, como correos electrónicos, algo que provocó profunda preocupación en el gobierno de Joe Biden. Con el apoyo de Estados Unidos y los principales países de la región, el Directorio Ejecutivo decidió por unanimidad recomendar su desplazamiento a la Asamblea de Gobernadores, que tomó este lunes la decisión final.
Claver-Carone siempre negó todo, dijo que las denuncias en su contra eran "falsas", y estaban basadas en "información fabricada", y que todo era una operación para desbancarlo orquestada por los países del BID que se oponían a su gestión. También acusó a la Casa Blanca de entregarle el banco a China en "bandeja de plata".