El presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Antonio Errázuriz, lamentó al situación por la que está pasando la empresa constructora Claro, Vicuña y Valenzuela (CVV), que este viernes anunció que solicitó su quiebra.
"Problemas estructurales de la industria de la construcción" y "burocracia de los mandantes públicos para gestionar los pagos", son las principales causas que responden a la caída de la compañía, según apuntó esta en un comunicado.
Al respecto Errázuriz expuso que "lamentamos profundamente la complicada situación por la que pasa una empresa de larga data en la industria de la construcción". De hecho, se trata de una firma de 65 años de historia, y la cual levantó proyectos como el Centro Cultural Gabriel Mistral y el estadio de Playa Ancha, en la región de Valparaíso.
Este escenario, continuó el líder de la CChC, "es consecuencia del alza de precios de los materiales que han afectado a proyectos sin opción de reajustar los precios, como también a las permanentes dificultades en la relación mandante-contratista especialmente con las empresas del Estado, con dificultades en obtención de recepciones y, en definitiva, pagos oportunos por los servicios realizados".
"Es urgente trabajar en conjunto para desatar esos nudos arraigados en la burocracia estatal y así evitar que otras empresas puedan enfrentar escenarios tan difíciles como el tener que llegar a la quiebra, desmovilizando proyectos y dejando a personas sin su fuente laboral", subrayó.
Según CVV, su quiebra implicará la desmovilización de 30 obras een ejecución a lo largo de Chile -como el 'bypass' de Castro, el Hospital de Curacautín o la avenida principal de Angol-, serán desvinculadas 2.500 personas y habrá impacto sobre productos y servicios de más de 1.500 proveedores de distinto tamaño.