En 8,0% se ubicó la tasa de desocupación en Chile durante el trimestre móvil julio-septiembre de 2022, de acuerdo con la información registrada en la Encuesta Nacional de Empleo (ENE) que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas de Chile (INE).
La cifra significó un descenso de 0,4 puntos porcentuales en doce meses, aunque no representa una variación estadísticamente significativa, producto del alza de la fuerza de trabajo (5,5%), menor a la presentada por las personas ocupadas (6,0%).
Por su parte, las personas desocupadas aumentaron 1,0%, anotando su primera expansión anual, después de disminuciones sostenidas desde inicios de 2021, incididas por aumentos tanto de quienes se encontraban cesantes (0,7%) y aquellas personas que buscan trabajo por primera vez (4,4%).
Las tasas de participación y de ocupación se situaron en 59,7% y 54,9%, creciendo 2,6 pp. en ambos casos. En tanto, la población fuera de la fuerza de trabajo disminuyó 5,1%.
En las mujeres, la tasa de desocupación se situó en 8,3%, decreciendo 0,3 pp. en el período, las tasas de participación y ocupación se situaron en 49,7% y 45,6%, incrementándose 3,5 pp. y 3,4 pp., en cada caso. En los hombres, la tasa de desocupación fue de 7,9%, disminuyendo 0,4 pp. en un año, mientras que las tasas de participación y ocupación se situaron en 70,2% y 64,6%, expandiéndose 1,7 pp. y 1,8 pp., en cada caso.
Personas ocupadas
El alza de las personas ocupadas fue incidida tanto por las mujeres (8,9%) como por los hombres (3,9%). Sin embargo, la dinámica de la variación de la ocupación en doce meses muestra su menor ritmo de expansión del periodo de alzas, donde la tasa de recuperación de la ocupación se ha estancado en torno a 95%-96%, respecto al peor momento de la pandemia.
Sobre esto, Sandra Quijada, directora del INE, explicó que, “hay una mayor presión de las personas por ingresar al mercado del trabajo y esto no está siendo absorbido con al demanda respectiva para que la tasa de desocupación de mantenga en niveles inferiores a lo hemos estado estimando. Lo que pasa es que la base de comparación es cada vez menor por lo tanto, queda menos espacio en la demanda que se genera en el mercado para que esta absorba la demanda que se está generando con el ingreso de los inactivos potencialmente activos como de los inactivos habituales que hemos estado viendo en los últimos trimestres”.
Los sectores que contribuyeron al aumento fueron minería (31,5%), hogares como empleadores (25,6%) e industria manufacturera (6,1%), en tanto que, por categoría ocupacional, el alza se observó en personas asalariadas formales (6,4%) y trabajadoras por cuenta propia (3,8%).
Quejada sostuvo que aún “resta por recuperar 95.744 ocupaciones, donde en cobre corresponde a 44.913 y en mujeres 60.831”, en relación al punto más bajo observado durante la pandemia.
Informalidad
La tasa de ocupación informal alcanzó 27,1%, decreciendo 0,5 pp. en doce meses. Las personas ocupadas informales aumentaron 3,7%, incididas por las mujeres (11,2%) y por las personas asalariadas privadas (8,2%).
En tanto, en las mujeres y en los hombres la tasa consignó 28,9% y 25,7%, con variaciones de 0,6 pp. y -1,5 pp., respectivamente
Estacionalidad y volumen de trabajo
La tasa de desocupación ajustada estacionalmente (que elimina los efectos de los factores exógenos estacionales de naturaleza no económica que influyen en su comportamiento coyuntural) se situó en 7,9%, aumentando 0,2 pp. con respecto al trimestre móvil anterior.
En doce meses, el volumen de trabajo, medido a través del número total de horas efectivas trabajadas por las personas ocupadas, ascendió 7,5%. De igual modo, el promedio de horas trabajadas creció 1,5%, llegando a 37,5 horas.
La tasa combinada de desocupación y fuerza de trabajo potencial (que mide el número de personas desocupadas más personas iniciadoras disponibles e inactivos potencialmente activos) alcanzó 15,6%, con una reducción de 1,5 pp. en el período. En los hombres se situó en 14,0% y en las mujeres, en 17,8%. La brecha de género fue 3,8 pp.