El nuevo propietario de Twitter, Elon Musk, bromeó en las últimas horas en su propia cuenta en la red social sobre el rumbo de la compañía, tras saberse además que cientos de empleados han renunciado como respuesta al ultimátum lanzado por el magnate de "trabajar muchas horas a alta intensidad" o dejar la empresa.
Su último tuit cuestiona que varios senadores estadounidenses hayan pedido a la Comisión Federal de Comercio investigar a Twitter cuando al mismo tiempo la plataforma de criptomonedas FTX hace perder miles de millones de dólares a sus clientes, todo ello con una foto de un par de rinocerontes apareándose en la sabana africana.
Pocas horas antes se expresó sencillamente con el meme de una bandera pirata (la calavera y las dos tibias sobre fondo negro), al que siguió un fotomontaje de un enterramiento donde tanto el muerto como los enterradores llevan el logo de Twitter, sugiriendo que muere un modo de entender Twitter y nace otro.
#RIPTwitter
Pero junto a las bromas, Musk también tuvo tiempo para el triunfalismo: aseguró en otro tuit que la red "ha conseguido un nuevo máximo histórico de tráfico LOL (acrónimo en ingles para referirse a reírse mucho)".
Mientras el propietario tuitea entre bromas y verdades, ha ordenado cerrar la sede de la compañía a partir de hoy y hasta el lunes, inutilizando incluso los pases electrónicos de acceso de los trabajadores, además de bloquear momentáneamente a varias personas dentro de la sede en la noche del jueves.
La red se ha llenado de tuits de empleados que se han ido despidiendo con los hashtag #oneteam (un equipo) y #lovewhereyouworked (amaste donde trabajabas); entre ellos hay responsables del control de contenidos. Una de ellas, que se identificó como encargada de hacer la red accesible a personas con deficiencias sensoriales, dijo sentirse preocupada por quién asegurará ahora la accesibilidad a estos discapacitados.
Es por esta situación que en la plataforma se ha viralizado el hashtag #RIPTwitter indicando el miedo de algunos de que la red social este a punto de llegar a su fin si la situación se mantiene. Especialmente, luego de la salida en masa de algunos trabajadores, quienes renunciaron a la empresa tras los últimos cambios de Elon Musk.
Así, se cerraron las antiguas oficinas de la red social, lo que llevó a muchos creer que sería el fin de Twitter. A raíz de esto, un grupo de senadores demócratas solicitó a los reguladores federales que investiguen cualquier posible violación por parte de la plataforma a las leyes de protección al consumidor o a sus compromisos con la seguridad de datos.
También abundan mensajes de usuarios que anuncian el abandono de la red o piden consejos para migrar a otras redes, ante la sensación de caos que se ha apoderado sobre el rumbo de Twitter, manifestado por ejemplo en los vaivenes de Musk sobre las "cuentas verificadas" (o Twitter Blue), cuyo inicio se anunció, luego se anuló y finalmente se pospuso hasta el 29 de noviembre.
El abandono de los trabajadores de la compañía en las pasadas horas es consecuencia de su rechazo al ultimátum recibido el pasado martes, cuando Musk les instó a que se comprometieran a "trabajar muchas horas a alta intensidad" o que dejaran la empresa.
Los abandonos se cifran en "cientos" de personas -según coinciden varios medios- de una plantilla ya mermada, pues una de las primeras decisiones de Musk al desembarcar en Twitter fue despedir a la mitad de sus trabajadores y obligar al resto a abandonar el teletrabajo y regresar a la oficina salvo excepciones que él aprobaría una por una.
En los últimos días el multimillonario también ha despedido a varios empleados que cuestionaron a través de la propia red social algunas de sus afirmaciones sobre el funcionamiento de Twitter, y estos despidos han alcanzado incluso a empleados de otras empresas suyas como Space X, igualmente preocupadas por el rumbo de Twitter.