Nueva York compra cada año más de 300 mil toneladas de sal para esparcir por sus calles y así evitar la acumulación de nieve y hielo durante la temporada de invierno. Así, cuando ambos elementos entran en contacto se genera una reacción química que permite evitar accidentes, y de paso, favorece a Chile, desde donde procede la mayor parte de este producto.
Sin embargo, una nueva ley podría obligar a la Gran Manzana a sustituir la sal chilena por un producto estadounidense, y detener la compra que realiza una de las ciudades más pobladas del mundo. Esto, ya que, en caso de ser aprobada, la normativa requeriría el uso de sal producida en Estados Unidos, a priori oriundo de minas del norte de Nueva York y otras zonas del país.
Pero antes de analizar su impacto, y cómo opera la industria de la sal en Chile, hay que tener en cuenta que se trata de un mercado que ha ido en auge en el último tiempo. De hecho, según datos otorgados por ProChile, las exportaciones de sal entre enero y octubre de este año superaron los US$148 millones. Esta cifra representa un alza de 23,2% respecto a igual período de 2021.
De esta forma, el mineral se negocia para dos usos: deshielo -para el cual se emplea la sal que, en jerga minera, es considerada de menor ley, es decir, aquella cuya concentración de cloruro de sodio es menor- y sal química.
En el primer caso, el consumidor estrella es Estados Unidos, país que en los primeros diez meses de este año concentró el 56,92% del total de envíos de este producto, con más de US$84 millones, cifra que se traduce en un incremento de 12% en comparación al mismo periodo del año anterior.
A este respecto, Álvaro Merino, gerente de estudios de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami), señaló que "en la última década, las exportaciones de sal de Chile han fluctuado entre US$103 millones el año 2012 y US$187 millones el 2018, donde por cierto, el principal destino ha sido Estados Unidos".
Asimismo, si bien mencionó que "los usos de la sal son variados, destacándose naturalmente el consumo humano”, acotó que “el principal destino de la sal es precisamente para uso industrial, donde la demanda para el deshielo de caminos y carreteras como también para estabilizado de suelos y control de polvo en caminos, es el más relevante mercado de la sal chilena en el exterior".
Aunque sí resaltó que las innovaciones han permitido generar nuevos usos, especialmente en los procesos de lixiviación mineros y en la industria acuícola.
En el segundo lugar de la lista de ProChile se ubica Brasil, con más de US$46 millones, lo que equivale al 31,01% del total de los envíos y un crecimiento de 38,8% al comparar con 2021. Lo que sí, el gigante sudamericano es el principal destino de la sal química, que es utilizada para fabricar ropa.
Le sigue Uruguay, que concentra el 2,61% del total de los envíos -con más de US$4 millones- y equivale a un crecimiento de 79,6% respecto al año anterior.
Merino se refirió al tema, y corroboró que el año pasado los principales consumidores de sal chilena "fueron precisamente Estados Unidos, donde se exportaron US$86 millones, esto es, el 61% de los envíos del país; en tanto que Brasil compró US$ 38 millones, es decir, el 27% de las exportaciones. Solo estos dos mercados captan el 88% de la totalidad de la sal que Chile envía al exterior".
Principales actores y más detalles
En Chile existen dos grandes exportadores de sal: la germana K+S -cuya filial es Sociedad Punta de Lobos S.A.- y Minera Cordillera. La primera de ellas explota uno de los más grandes depósitos mundiales de cloruro de sodio a rajo abierto, en el Salar de Tarapacá (Iquique) cuya extensión es de 45 kilómetros de longitud, con un ancho promedio de 6,5 kilómetros y entre 80 y 120 metros de profundidad.
En dicho salar, K+S dispone de dos instalaciones portuarias en caleta Patillos, las que aceptan buques graneleros de hasta 100.000 toneladas.
"Confiamos plenamente en que las autoridades chilenas, a través de sus gestiones comerciales y diplomáticas, seguirán reforzando la validez y aplicación de los principios reconocidos por el referido acuerdo comercial que, entre otros beneficios, protege el ingreso de nuestros productos a los mercados de EE.UU. otorgándoles un trato no discriminatorio"
Sociedad Punta de Lobos S.A.
Por otro lado, desde octubre de 2007 que Minera Cordillera extrae sal de su yacimiento -también ubicado en el Salar de Tarapacá-, y a solo 40 kilómetros de este se encuentra el puerto privado Terminal Marítimo Patache, que cuenta con un sistema de correas transportadoras con una capacidad de embarque de 3.000 toneladas por hora.
Según informes privados de empresas a los que tuvo acceso Emol, en 2020 Chile exportó 6.428.414 toneladas de sal, y hasta esa fecha, K+S abarcaba el 73% del mercado; seguida por Minera Cordillera, que anotaba el 26%, mientras que el 1% restante se le atribuía a otras firmas.
Ahora bien, pese a la alerta que levantó Nueva York de eventualmente restringir el uso de sal chilena para deshielo, cabe mencionar que en el mismo periodo el puerto estadounidense que recibió la mayor descarga del mineral nacional fue Baltimore (1.820.051 toneladas); luego Newark (596.038 toneladas); Boston (351.699 toneladas); y New Orleans (233.183 toneladas).
"Mala noticia"
Desde Sociedad Punta de Lobos S.A. indicaron a este medio que su matriz en Estados Unidos "ha estado monitoreando muy de cerca toda la tramitación de este proyecto de ley en el Estado de Nueva York. Por otra parte, es importante destacar que la sal chilena es uno de los productos que se encuentran cubiertos por las disposiciones contenidas en el Tratado de Libre Comercio Chile-EE.UU que entró en vigencia el 1° de enero de 2004".
"Confiamos plenamente en que las autoridades chilenas, a través de sus gestiones comerciales y diplomáticas, seguirán reforzando la validez y aplicación de los principios reconocidos por el referido acuerdo comercial que, entre otros beneficios, protege el ingreso de nuestros productos a los mercados de EE.UU. otorgándoles un trato no discriminatorio", añaden.
Consultado por la nueva normativa que se podría implementar en la Gran Manzana y su impacto paras las exportaciones de sal chilena, Merino aseguró que "naturalmente es una mala noticia para nuestro país, por cuanto se cierra un mercado para este producto. La mayor parte de la sal que adquiere Nueva York para derretir la nieve se produce en Chile".
"Naturalmente es una mala noticia para nuestro país, por cuanto se cierra un mercado para este producto. La mayor parte de la sal que adquiere Nueva York para derretir la nieve se produce en Chile"
Álvaro Merino, gerente de estudios de Sonami
Postura que comparte
Carlos Villalobos, académico de la Facultad de economía y Negocios de la U. de Talca, quien manifestó que "sin dudas, es una mala noticia. Las restricciones al comercio generan consecuencias distributivas tanto para los países compradores como para los vendedores. Si estos cambios se producen en un corto periodo de tiempo, las empresas exportadoras podrían enfrentar dificultades".
"El mayor riesgo que aprecio es que una medida de este tipo pueda terminar expandiéndose a otras regiones y ciudades de la costa este. Esto en base a similares raciocinios que motivaron la decisión anunciada y que puedan esconder aires proteccionistas. En ese caso, el problema podría ser mucho mayor ya que tendría la potencialidad de expandirse a otras zonas frías", dijo Villalobos.
Felipe Berger, economista y académico de la Universidad del Desarrollo, en tanto, destacó que Estados Unidos es uno de los principales socios comerciales en este mercado, por lo que "si dejan de comprar sal para derretir hielo obviamente va a generar que las exportaciones de Chile hacia nuestro principal socio comercial en este ítem se vean afectadas de manera negativa".