Este viernes Chile y la Unión Europea concretaron el cierre de las negociaciones políticas para sellar la esperada modernización del acuerdo de asociación suscrito por ambas partes en 2002. Eso sí, para la firma definitiva del acuerdo aún habrá que esperar, al menos hasta fines del próximo año.
La ceremonia se llevó a cabo en Bruselas, tras un encuentro sostenido entre la ministra de RR.EE.,
Antonia Urrejola, y el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales
, José Miguel Ahumada, junto con el vicepresidente de la Comisión Europea y alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad,
Josep Borrell, además del vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europa para el Euro y del Diálogo Social y Comisario de Comercio, Vladis Dombrovskis.
Sobre el punto, la canciller Urrejola destacó que este acuerdo, denominado "Acuerdo Marco Avanzado", "comprende una serie de áreas que no se encontraban incorporadas, o eran consideradas de manera más general, fortaleciendo las alianzas entre Chile y la UE, en ámbitos que reflejan valores comunes y principios".
Agregó que "esto nos abre amplias perspectivas de trabajo con la UE y sus estados miembros, a través de acciones que se enmarcan en concordancia con dos ejes fundamentales de nuestra política exterior; la política exterior turquesa en relación con el cambio climático y la biodiversidad; y la política exterior feminista".
Con el acuerdo alcanzado hoy, se dará inicio a la revisión legal y posteriormente la traducción de textos a los idiomas oficiales de la Unión Europea. Dese el Ejecutivo estiman que, considerando los plazos de estos procesos, el Acuerdo Marco Avanzado se podría firmar a fines del próximo año, idealmente en la Cumbre de Jefes de Estado CELACUE, que se realizará en noviembre del 2023.
Luego de la firma, el acuerdo debe ser aprobado por los países que conforman el bloque comunitario europeo, por sus respectivos parlamentos, y por el Congreso Nacional de Chile.
Historia y cifras
Cabe mencionar que el primer acercamiento comercial entre Chile y la Unión Europea fue a propósito del restablecimiento de la democracia en nuestro país, cuando en 1990, el ex Presidente Patricio Aylwin firmó el primer Acuerdo de Cooperación entre Chile y el bloque
A estos acuerdos se les llamó Acuerdos de Tercera Generación, pues incorporaron tres cláusulas nuevas: la democrática -que estipula el respeto de los principios democráticos y de los derechos humanos; la evolutiva -que permite ampliar el acuerdo con el fin de aumentar los niveles y campos de cooperación; y la de cooperación avanzada -que agrega a las áreas tradicionales nuevos ámbitos de cooperación-.
Con el paso de los años, las relaciones comerciales se fueron profundizando, hasta que el 18 de noviembre de 2002 en Bruselas, Bélgica, se suscribió el Acuerdo de Asociación entre la Comunidad Europea y sus estados miembros y Chile (AA), el que entró en vigor en febrero de 2003.
"Esto nos abre amplias perspectivas de trabajo con la UE y sus estados miembros, a través de acciones que se enmarcan en concordancia con dos ejes fundamentales de nuestra política exterior; la política exterior turquesa en relación con el cambio climático y la biodiversidad; y la política exterior feminista"
Antonia Urrejola, ministra de RR.EE.
Este fue uno de los primeros acuerdos de tercera generación firmados por Chile, el que incluye tres pilares:
uno político, uno de cooperación y uno económico -comercial, que contiene, entre otros temas, el comercio de bienes y de servicios, establecimiento de inversiones, propiedad intelectual, materias regulatorias, bienestar animal, defensa comercial y compras públicas.
El proceso de modernización de dicho acuerdo comenzó en 2015 durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, en el cual se negociaron y acordaron los términos de referencia y se lanzaron oficialmente las negociaciones en 2017.
Según el Servicio Nacional de Aduanas, el intercambio comercial chileno en el periodo enero-septiembre de 2022 alcanzó un total de US$145.519 millones FOB, cifra que representó una variación positiva de 15,7% respecto a igual periodo de 2021.
El comercio exterior chileno se concentró principalmente en Asia, América y Europa, continentes que en conjunto representaron el 97,4% del intercambio total nacional, en los primeros nueve meses del año.
Al analizar la relación con el mercado europeo, a noviembre de 2022, el intercambio comercial superó los US$1.824 millones en FOB, siendo los países predominantes España (US$297 millones); seguido por Alemania (US$258 millones); Holanda (US$ 175 millones); Italia (US$158 millones) y Francia (US$133 millones).
Los cambios
El proceso de modernización del acuerdo comenzó en 2015, durante el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, en el cual se trataron y acordaron los términos de referencia y se lanzaron oficialmente las negociaciones en 2017.
En total fueron 10 rondas de negociaciones, seguidas de un proceso, durante 2022, de conversaciones y reuniones técnicas y políticas que buscaron asegurar la autonomía estratégica y regulatoria de Chile y de su contraparte.
Así, la actualización del acuerdo profundiza el diálogo conjunto y establece una renovación de los temas de cooperación, de modo que la relación estratégica entre Chile y la UE refleje mejor los desafíos y oportunidades globales de la actualidad.
A este respecto,
Ximena Fuentes, directora de Fronteras del Ministerio de RR.EE., indicó a
EmolTV que "fue muy positivo lo que se logró, me parece que no es correcta la lectura que algunos han dado a esto como si esto hubiese sido solamente una estrategia dilatoria para no firmar el acuerdo".
En cuanto al capítulo de materias primas, y los precios preferentes para la industria nacional, Fuentes sostuvo que "en materia de litio nosotros estamos pensando en una Empresa Nacional del Litio, estamos pensando en poder dale valor agregado al litio. En particular una de sus disposiciones era compleja, en eso entonces se pidió que se revisara y se revisó con mucha detención".
Por otro lado, dijo que "en el tratado, como estaba se prohibía que un Estado pudiera exigir I+D, eso es algo que también se negoció y se obtuvo un resultado positivo", y recalcó que "con estos puntos en los cuales sí se consiguió una mejora para la protección de los intereses de Chile. Nosotros como Gobierno miramos el interés de Chile".
"Con estos puntos en los cuales sí se consiguió una mejora para la protección de los intereses de Chile. Nosotros como Gobierno miramos el interés de Chile"
Ximena Fuentes, directora de Fronteras del Ministerio de RR.EE.
En esa línea, el nuevo apartado Político y de Cooperación contiene materias que no estaban en el que se suscribió hace dos décadas, a saber: Igualdad de Género y Empoderamiento de Mujeres y Niñas; Seguridad Internacional y Ciberespacio; Seguridad Ciudadana; Ciberdelincuencia; Desarrollo Sostenible; Innovación; Cambio Climático; Gobernanza de los Océanos.
A estos se suman la Reducción de Desastres; Asuntos Laborales y Sociales; Juventud; Política Digital; Derechos Humanos; Responsabilidad Social Empresarial; Personas Mayores y Discapacitadas; Navegación Espacial; Observación de la Tierra; Salud Pública; y Modernización del Estado.
Respecto de su contenido, este acuerdo establece altos niveles de desarrollo sostenible, fomentando la protección ambiental y laboral. Además, esta será la primera vez que la Unión Europea firme un capítulo de Género y Comercio en un acuerdo económico-comercial, promoviendo la igualdad de oportunidades y trato entre hombres y mujeres.
También esta modernización incluirá un nuevo capítulo sobre comercio digital que aborda los actuales desafíos del comercio exterior.
Otro aspecto destacado que incluye esta modernización es que se expandirá el porcentaje de productos cubiertos por alguna rebaja arancelaria por parte de la Unión Europea, desde un 94,7% a un 99,6% de las líneas arancelarias, que representan casi el total de las exportaciones chilenas a la Unión Europea.
El acuerdo también ofrece mejoras en condiciones para las pymes en los mercados públicos europeos.
Junto con ello, y por primera vez para Chile, el acuerdo incluirá la creación de un sistema de tribunales de inversiones permanente para resolver los litigios entre inversionistas y Estados, el que contempla altos estándares éticos para jueces, instancias de apelación y consideración de género al momento de nombrar jueces.
