Siempre se ha dicho que Chile se posiciona como uno de los mejores países de la región para emprender, dado que tiene un ecosistema robusto, sin embargo, la desconfianza parece ser el principal obstáculo.
De hecho, según el Índice de Actitud Innovadora y Emprendedora realizado por ForoInnovación y Feedback Research, para reconocernos como personas innovadoras estamos al debe en varias dimensiones, como por ejemplo, la confianza, las redes, la colaboración y la experimentación.
El estudio da cuenta de tres dimensiones en las que los chilenos y chilenas miden su actitud de innovación y emprendimiento: cognitivo, es decir cómo se aparente; valóricos, que son aquellas cualidades que permiten innovar y emprender, y las que tienen que ver con el relacionamiento.
Es este último, en el componente relacional, es donde se observan las principales y más preocupantes brechas siendo el indicador de "colaboración" el más débil, dando cuenta que existe una falencia generalizada en todos los grupos de la muestra ante los aspectos relacionales, como las generación de redes, construcción de confianza y colaboración.
Según el presidente de ForoInnovación, Guillermo Carey, un aspecto fundamental es la confianza y el fomentar una cultura colaborativa: "Hay mucha desconfianza en las alianzas público-privadas y en nuestra sociedad en general. Chile se ha polarizado mucho últimamente y el clima de desconfianza hace que el emprendimiento sea cada vez más difícil. Mejorar esto es una tarea de todos", dijo.
Entre los indicadores específicos, el componente más bajo es la colaboración (44 puntos), seguido por las redes de relaciones (51 puntos) y la confianza (54 puntos), lo cual explica por qué el componente relacional cuenta con el menor porcentaje de cumplimiento entre los tres componentes del indicador total. En ese sentido, aunque las personas cuentan valores tales como la perseverancia (85 puntos), propensión al riesgo (71 puntos) y disposición al cambio (64 puntos), no existiría un entorno que acompaña estos procesos entendido como la colaboración.
"La innovación asociada a la mejora del capital humano es una de las principales herramientas que tienen las economías para lograr crecimientos estables y responsables. Hoy, el talento innovador hace la diferencia. Debemos aprender a innovar cuando podemos equivocarnos, tomar riesgos cuando el fracaso nos permite aprender", concluyó Carey.
Los principales resultados provienen del análisis de datos de cerca de 7.000 encuestas, donde se preguntó a hombres y mujeres mayores de 18 años, con representación en las 16 regiones de Chile y todos los estratos socioeconómicos. De toda la muestra, se concluyó el mayor hallazgo en esta materia: de una escala de 1 a 100, el índice de actitud innovadora y emprendedora de los chilenos y chilenas es de 63.7.