Los empleados comprometidos son aquellos que sienten una conexión emocional hacia la empresa. Esta conexión influye en su comportamiento y en el empeño que ponen en su trabajo. Les entusiasma su labor y están comprometidos con los valores y las metas de la organización. Pero, ¿cómo se logra esto?
Según Claudio Oyarzún, gerente general de HumanNet, el sueño de cualquier organización, sea grande, mediana o pequeña, es contar con un equipo de colaboradores que realmente tenga un compromiso con el lugar donde trabaja. Esa actitud en los trabajadores genera una serie de beneficios tales como una mayor productividad, menor rotación de personal, baja en el ausentismo, aumento de la satisfacción de los clientes, mejores resultados y menor accidentabilidad, entre otros, explica Oyarzún.
“Lograr trabajadores comprometidos es en la actualidad un desafío enorme, sobre todo porque vivimos tiempos muy cambiantes y competitivos, donde las nuevas generaciones de trabajadores no suelen proyectarse por mucho tiempo en una misma compañía, a diferencia de lo que sucedía con nuestros padres y abuelos”, comentó Oyarzún.
En ese sentido, el especialista en recursos humanos pone énfasis en la necesidad de aplicar estrategias que apunten a cultivar un sentimiento de compromiso en los trabajadores, que se mantenga en el tiempo. Estas son algunas de las recomendaciones que sugiere el gerente general de HumanNet:
Establecer valores y objetivos claros:
Es fundamental que los líderes se den el tiempo para dar a conocer y explicar a los trabajadores los valores y objetivos de la organización, asegurarse de que los entiendan y reforzar dicha labor en el tiempo. Los valores deben estar presentes, por ejemplo, en la manera de actuar, tomar decisiones y hacer negocios, tanto de las jefaturas como de los colaboradores.
Comunicación permanente:
Deben existir diferentes canales de comunicación que permitan a cada trabajador estar al tanto de las novedades de la compañía de la que forman parte, aclarar dudas y plantear sus inquietudes. Esta comunicación debe ser fluida y de puertas abiertas, y a menudo debe darse en un marco de respeto y franqueza.
Escucha activa:
Junto con contar con diferentes canales de comunicación, es clave que la alta gerencia escuche a sus trabajadores, pida sus opiniones, evalúe sus ideas y responda a través de acciones concretas. Es decir, que las palabras no se las lleve el viento.
Potenciar el bienestar:
No hay nada mejor que sentirse cómodo en el lugar de trabajo. Disponer de los recursos, insumos y mobiliario adecuados para cumplir con las tareas diarias es esencial. Fomentar un equilibrio entre la vida personal y laboral también lo es. Preocuparse de la salud mental de los colaboradores, organizando charlas y talleres para, por ejemplo, manejar el estrés o algunas técnicas de relajación son iniciativas que serán bien recibidas por los trabajadores.
Facilitar el desarrollo de los colaboradores:
Establecer planes de carrera o programas de capacitación permanente permite a los colaboradores crecer profesionalmente, aumentar y actualizar sus conocimientos, y desarrollar nuevas capacidades y habilidades en el largo plazo.
Fomentar el buen clima laboral:
Desenvolverse en un ambiente de trabajo positivo, donde prime el compañerismo, colaboración y respeto mutuo, es clave para que las personas se sientan identificadas, acogidas y comprometidas.
Reconocer el buen desempeño:
Premiar o destacar el desempeño y/o aportes de los trabajadores en el ejercicio de sus funciones contribuye a mantener la moral en alto y elevar la motivación y compromiso de ellos, lo que se traduce en algo muy gratificante.