El Banco Central publicó este lunes la minuta de su Reunión de Política Monetaria (RPM) de julio, en la que
el Consejo acordó reducir la tasa rectora en 100 puntos base, dejándola en 10,25%, alejándose así del nivel de 11,25% en que se mantenía desde octubre de 2022.
En ese entonces, la entidad presidida por Rosanna Costa detalló en su habitual comunicado que la decisión fue adoptada por unanimidad, iniciando de esta forma el ciclo de reducción de la Tasa de Política Monetaria (TPM). "El escenario macroeconómico sigue siendo acorde con lo considerado en el IPoM de junio. En particular, el desempeño de la actividad y la demanda no muestra diferencias relevantes respecto de lo proyectado, aunque la inflación se redujo algo más rápido que lo previsto en el escenario central de dicho IPoM", señalaba el texto publicado el viernes 28 de julio.
"El Consejo estima que, en el corto plazo, la TPM acumulará una reducción algo mayor a la considerada en el escenario central del IPoM, coherente con lo que indican las encuestas previas a esta Reunión. De todos modos, la magnitud y temporalidad del proceso de reducción de la TPM tomará en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación", añadió.
En ese sentido, en el documento publicado hoy el instituto emisor aborda los argumentos que llevaron a los consejeros a tomar dicha decisión. "En el plano interno, se destacó que la actividad y la demanda habían evolucionado, en términos generales, en línea con lo esperado en el IPoM de junio. Esto implicaba que se estaba materializando una trayectoria de brecha de actividad hacia valores negativos, lo que era necesario para controlar la inflación subyacente y asegurar la convergencia de la inflación a la meta de 3%. Se añadió que esto también indicaba que el ajuste de la economía avanzaba en línea con lo previsto, aunque este era un asunto que se debía seguir monitoreando cuidadosamente", se lee.
En materia de inflación, se menciona que "en junio el IPC había mostrado una variación negativa, con una diferencia respecto de lo proyectado que se había concentrado en el componente de bienes, volátiles y no volátiles. Dado que no se observaban mayores novedades por el lado de la demanda y que la inflación de servicios no era distinta de lo proyectado, la principal explicación para la menor inflación efectiva era un traspaso cambiario más rápido que lo previsto".
"De ser así, era importante tener presente que esto no alteraba la magnitud del traspaso previsto, sino que solo adelantaba su temporalidad. Se añadió que la normalización de los márgenes de las firmas, con heterogeneidad entre sectores, probablemente también estaba contribuyendo a un traspaso más fluido de las menores presiones de costos", acotó el Central.
En tanto, en el plano externo, se indica que "el impulso que recibiría la economía chilena se mantendría acotado, similar a lo previsto en el IPoM de junio. La inflación seguía siendo el problema dominante, pese a ciertos avances recientes, dada una dinámica de demanda y de mercados laborales que continuaban estrechos en algunas economías desarrolladas, particularmente en EE.UU. Este problema seguía siendo desafiante para las autoridades monetarias y prometía mantener condiciones financieras estrechas por un tiempo prolongado".
Las opciones sobre la mesa
La minuta expone que todos los consejeros concordaron en que, de acuerdo con lo previsto, la economía chilena había avanzado en la resolución de los desequilibrios macroeconómicos acumulados en años previos, y que la política monetaria había jugado un papel fundamental en esto, lo que permitía una reducción de la TPM fundada en los avances en la convergencia inflacionaria.
"El Consejo recordó que el escenario central del IPoM de junio consideraba que para esta Reunión ya se estaría en condiciones de comenzar a discutir la reducción de la TPM. La actividad y demanda no mostraban diferencias relevantes respecto de lo proyectado, pero la inflación se reducía algo más rápido. Por ello, el Consejo consideró que era razonable pensar que la TPM tendría una trayectoria algo más baja que la estimada en el escenario central de junio", resalta el documento.
De todos modos, todos los consejeros concordaron en que la magnitud y temporalidad del proceso de reducción de la TPM tomaría en cuenta la evolución del escenario macroeconómico y sus implicancias para la trayectoria de la inflación.
En ese sentido, el ente rector consideró plausibles opciones de reducción de la TPM de 75 o 100 puntos base, y se indicó que, dependiendo de la información acumulada, en las próximas
reuniones podrían darse movimientos en torno a estas magnitudes, teniendo presente que se requería un ajuste total de entre 325 y 350 puntos base hasta fines de año.
Respecto de los temas tácticos, hubo acuerdo en que la opción de 75 puntos base sería menos sorpresiva, pues correspondía a la mediana de las expectativas de mercado. Sin embargo, todos los consejeros destacaron que "un porcentaje relevante de las expectativas de mercado consideraba la opción de 100 puntos base, lo que aminoraba su condición de sorpresiva".
"Un porcentaje relevante de las expectativas de mercado consideraba la opción de 100 puntos base, lo que aminoraba su condición de sorpresiva"
Banco Central
"Algunos consejeros expresaron su preocupación por el impacto que una decisión de bajar la TPM en 100 puntos base pudiera tener sobre las expectativas de mercado. En particular, porque si se consideraba una decisión dovish, podían producirse caídas adicionales de las tasas de corto plazo y una mayor depreciación del peso", dice la minuta.
Eso sí, el Consejo concordó en que "este riesgo podría mitigarse con una comunicación que establecería claramente que la TPM seguía dentro del corredor considerado en junio, con un nivel de llegada coherente con el que mostraban las encuestas para fines de año".
Por otro lado, todos los consejeros destacaron que, si bien la inflación estaba bajando, todavía seguía en niveles muy altos, y que las expectativas de inflación habían vuelto a la meta de 3% hace poco tiempo, después de varios meses desalineadas. "Por lo mismo, todavía era muy temprano para pensar que el problema inflacionario se había resuelto y el Banco debía seguir muy atento a los desarrollos del escenario macroeconómico", concluye el Banco Central.