El 31 de diciembre será una fecha clave en medio de la crisis que viven las isapres. Ese día, a más tardar, las aseguradoras deben entregar a la Superintendencia de Salud su balances contables, los cuales deberán tener en cuenta la deuda por los meses que se postergó el fallo de la Corte Suprema relacionado a las primas GES (desde agosto 2023).
De incluirse esos montos en los documentos a presentar, hay isapres que podrían caer en default, en caso de no cumplir con alguno de los indicadores.
Esa situación implicaría un corte en la cadena de pago y, por tanto, una eventual intervención a las aseguradoras que no cumplan, por parte de la autoridad.
Es por eso que, durante las últimas semanas, se ha comenzado a barajar una opción: la emisión de una circular por parte de la superintendencia de Salud que permita no contabilizar, por el momento, la deuda. Esto, con el objetivo de que se llegue a alguna solición a través de la discusión parlamentaria.
Según explica Héctor Sánchez, ex superintendente de Salud y director del instituto de Salud Pública de la UNAB, "las isapres deben contemplar en su contabilidad y en su caja, la deuda del GES a partir del mes de agosto de este año".
En ese sentido, destaca que hay que tener presente dos aspectos. Primero, el impacto de la medida en el flujo de caja y si esto permite la sobrevivencia.
"Lo que va a suceder -dice- es que todos los ingresos que provengan de las personas, desde enero a la fecha, van a tener que reducirse en un porcentaje que se calcula de alrededor de un 12%, con lo cual esta situación va a perjudicar severamente la sobrevivencia del sistema de isapre en su conjunto".
Sánchez agrega que si el superintendente toma una decisión "respecto de no contabilizar esta deuda, esto es positivo desde el punto de vista de mantener vivo el sistema, pero es maquillaje. porque en definitiva no resuelve el problema".
En ese sentido, dice que la solución pasa "por que tienen que buscar un ajuste respecto del valor de la prima que estaban pagando las personas que compense el menor cobro por el GES".
Por su parte, Sebastián Pavlovic, también ex superintendente de Salud y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad Finis Terrae señala que, de incluirse la deuda en la contabilización "lo que pasaría es que entrarían en incumplimiento, y en ese escenario, a la super le saltaría el incumplimiento y obligaría a exigir un plan de ajuste y contingencia".
"Y si este es rechazado -dice- la superintendencia se vería obligada a intervenir".
Pavlovic reconoce que la emisión de una circular para que no se incluya, por ahora, lo adeudado no soluciona el problema de fondo. Sin embargo, recalca, "es una forma de ganar tiempo para el sistema, para acordar medidas que permitan reequilibrar financieramente".
Indica, también, que si a las isapres se les "obligara a reconocerlas en los balances, lo que van a tener es un incumplimiento total".
El académico subraya además que "la solución no pasa solo por lo que las isapres puedan hacer, pasa también por el acuerdo político que permita una implementación de los fallos, sin que suponga esto el fallo del sistema".
El 31 de diciembre ha sido señalado como una fecha calve por distintos actores dentro de la industria. Hace unos días, de hecho, el presidente de Clínicas de Chile, Gonzalo Grebe, señaló en una entrevista con El Diario Financiero que "estamos pensando en lo que va a pasar el 31 de diciembre, donde se puede declarar perfectamente el default de un par de isapres, se corte la cadena de pago y se espere la intervención".
Con todo, en la industria coinciden en que la emisión de una circular que permita no contabilizar la deuda, solo significará un respiro para la industria, que de todos modos tendrá ajustarse, de un modo u otro, a los fallos de la Corte.