Serenidad, resistencia y resiliencia: Las claves de los emprendedores para hacer frente a una crisis

Qué duda cabe: emprender no es un camino libre de riesgos. Y las cifras dan cuenta de ello: en Chile, una encuesta de la red de mipymes ChileConverge mostró que solo el 27% de sus asociados registró un alza de ventas en 2022.

A nivel general, las estimaciones indican que solo uno de cada 10 emprendimientos sobrevive después de cinco años.

"Sin la red de seguridad de un empleador, los emprendedores operan a merced del mercado, y las tasas de fracaso son altas", señala en The Conversation Robert Crammond, de la U. de West Scotland. El experto, quien lleva décadas investigando en el área, señala que un emprendimiento exitoso no solo se basa en una buena idea, un perfil de cliente bien definido y financiamiento: "también se necesita resistencia, ser capaces de tomar riesgos calculados, y contar con una red que brinde consejo y apoyo".

Según el London School of Economics, en el caso de hacer frente a una crisis, hay tres tipos de reacciones que caracterizan a los emprendimientos capaces de superarla: mantener los negocios de manera habitual (business-as-usual), dar un giro en la actividad, o aventurarse en un nueva área. Cada una implica desafíos: la necesidad de escalar la empresa rápidamente, de transformar radicalmente el modelo de negocios o de contar con recursos para un nuevo emprendimiento.

Además, para sobrevivir una crisis se requiere contar con una red social de pares que se apoye con experiencias y empatía, señala Nick Williams, profesor de Emprendimiento de la U. de Leeds en Reino Unido. La frugalidad, entendida como la capacidad de racionalizar recursos, la creatividad en la administración y la capacidad de aprender de los cambios son también otras características.

Cuatro testimonios muestran que, en efecto, mantener la calma, controlar gastos y no perder la motivación les ha permitido salir adelante y superar esos difíciles periodos.

Adoptar la frugalidad económica es el consejo de Guillermo Díaz. Una recomendación que le ha permitido hacer frente a una crisis y seguir avanzando. Lo primero, señala, es "cuidar la caja, manteniendo costos fijos bajos y pasar a modo supervivencia". Pero, junto con aplicar medidas de racionalidad financiera, es indispensable —agrega— sostenerse con fuerza, sin perder resolución, y conservar a los equipos de trabajo motivados: "Hay que entender que son ciclos y que cada vez que sobrepasas una crisis, logras consolidar más el negocio".

Díaz también ha aplicado lo que se ha visto en muchos emprendimientos exitosos: dar un giro al negocio. "Es clave diversificar y generar nuevas líneas de ingreso, así como también buscar formas creativas para crecer, o lo que se conoce como marketing de guerrilla", explica, refiriéndose a la aplicación de tácticas de marketing no convencionales e ingeniosas.

¿Qué hacer en caso de que llegue una crisis? Ser resiliente parece ser la clave para todos los emprendedores: “Aquí no gana el que no se equivoca, sino el que aprende más rápido. Hay que integrar el fracaso —lo más rápido y con el menor costo posible— y aprender", complementa Díaz. Además, la comunicación con los socios, con los equipos y con los inversionistas es esencial en todo momento, “no solo por la transparencia, sino también por el apoyo emocional e intelectual que te entregan”, concluye.

Levantarse después del golpe y adaptarse a los cambios son algunas de las claves de Danilo Naranjo, para quien ser emprendedor implica adoptar una mentalidad adaptable, ser resiliente, aceptar que las situaciones cambian y que la flexibilidad es una herramienta esencial. Esta capacidad para adaptarse se enlaza con la habilidad para encauzar el negocio rápidamente: "Hay que dejar el ego a un lado y aprender a pedir ayuda, buscando ventajas competitivas y adaptando velozmente una estrategia de marketing agresiva, porque en las crisis es donde aparece esa chispa de innovación que nos permite dar vuelta el partido", cuenta Naranjo.

Y agrega que la adaptabilidad en las finanzas también es importante, lo que implica reevaluar el modelo de negocios, reducir gastos y explorar nuevas fuentes de ingresos.

De enfrentarse a un escenario adverso, dice Naranjo, es indispensable enfrentarlo con serenidad. Lo primero es rodearse de una red de apoyo, tanto emocional, como profesional, en la forma de mentores, por ejemplo.

"Si un emprendedor enfrenta un fracaso, la resiliencia y la introspección son esenciales. Aceptar que el fracaso es una parte natural del viaje emprendedor es el primer paso. Analizar qué salió mal, aprender de los errores y adaptar esos aprendizajes al próximo intento son cruciales. Reemprender requiere del coraje de aceptar el fracaso como un aprendizaje más", enfatiza.

Las investigaciones en este campo coinciden con la visión de Fernando Moya: cuando una crisis se avecina, "es necesario entrar en un estado mental de la mayor tranquilidad posible. En ocasiones hay muy pocos recursos para revertir situaciones adversas en minutos, días u horas. Entonces, para lograr salir de ellas, se deben pensar todos los caminos que permitan establecer una hoja de ruta y obedecer cada uno de los pasos".

Y tal como señalan otros emprendedores, las redes y el apoyo emocional son esenciales, manteniendo los canales de comunicación e informando de manera prioritaria a la familia y a los socios sobre el proceso que se está enfrentando.

Si llega la tormenta y no es posible mantenerse a flote, Fernando Moya señala que, para volver a emprender después de un fracaso, es vital aprender de las experiencias, mantener la pasión por la innovación y la persistencia, adaptarse a los cambios y seguir buscando oportunidades en nuevos caminos.

"El fracaso es una oportunidad para crecer y mejorar en futuros emprendimientos. Es importante tener y desarrollar el gen creativo, que nos ayuda a encontrar una nueva motivación", concluye.

El impacto de lo inesperado y disruptivo puede hacer que algunas personas se sientan sin herramientas ante una crisis. La primera clave para hacerles frente, dice Marcela Quinteros, es —precisamente— no quedarse paralizado. Es indispensable llevar a cabo un proceso reflexivo, analizar y rescatar todo lo que se ha logrado hasta el momento. Así lo consignan expertos a nivel internacional: la historia construida y experiencia adquirida son el capital más importante de un emprendedor, y no se debe perder de vista el sentido de logro alcanzado.

"Nunca se debe dejar de darle, además, un propósito y un sentido al proyecto, hay que buscar y remarcar con más fuerza lo que nos hace a cada uno únicos en el mercado", señala Quinteros.

Y, aunque muchos emprendedores llaman a la frugalidad, para resistir los periodos críticos Marcela indica que "hay que robustecer el área comercial, ya que los recursos son lo más importante en una crisis, y hay que sacar el mayor potencial de toda la gente que trabaja contigo".

La capacidad de adaptarse al cambio también es importante para esta emprendedora, quien aconseja mantener siempre una mentalidad ágil y flexible, para ser capaces de adaptar la estrategia de negocios a los momentos que se viven. "No tengas miedo de tomar decisiones audaces y aprende de los desafíos", enfatiza.

¿Qué pasa si la crisis te hace tambalear? "La clave radica en la determinación y la capacidad de aprender de los errores. El peor fantasma somos nosotros mismos y es muy importante no autoboicotearse. Hay que creer en uno mismo, porque para lograr el éxito uno tiene que estar siempre seguro de lo que hace", señala.

Quinteros advierte que es necesario alcanzar la combinación perfecta entre la terquedad para luchar por el propio proyecto y aprender a escuchar. Después de eso, ser creativo en la búsqueda de soluciones, estar dispuestos a tomar desafíos calculados, adaptarse rápidamente a los cambios del mercado, son otras de las claves para salir exitosos de situaciones adversas.