Eduardo de la IglesiaCreador de delaiglesiasour
La pandemia golpeó fuerte el bolsillo de su creador, Eduardo de la Iglesia. Sin embargo, para dar vuelta esa difícil situación financiera, nació la idea de crear el producto que hoy está en 15 tiendas en la Región Metropolitana, tres de ellas en la costa. Además de estar trabajando con banqueteras.
La creación de pisco sour congelados fue tomando forma hasta lograr la receta que lograría convencerlo de formar una marca que logre la diferencia con producto de altísima calidad.
"Hoy en día estamos felices de tener nuestra planta de producción, una marca reconocida el 2022 con un Best Branding Award como la Best Start Up Brand", aseguró de la Iglesia.
En una nueva edición de "Lo pensó/lo hizo" de Emol, de la Iglesia cuenta sobre los inicios de su producto, dónde nació la inspiración y los nuevos mercados que apunta conquistar.
Es un gran pisco sour artesanal congelado, preparado bajo una cuidada receta. Es la alquimia perfecta entre alma, cuerpo y sabor. Apunta a satisfacer al que quiera tomar un muy buen sour de forma rápida, sin complicarse, pero jamás hipotecando el sabor de un sour artesanal como hecho en casa.
Surgió durante la pandemia, cuando la situación se puso difícil y afloró en mí las ganas y la necesidad de emprender. Surgió desde esa fuerza que uno saca cuando las cosas se ponen difíciles y uno quiere remarla. El proyecto nació y se desarrolló el primer año desde la loggia de mi casa.
El capital inicial lo puse yo. Fue una apuesta “all in” porque además estábamos en un momento financiero duro. La inversión funcionó, el negocio ha ido escalando y hoy en día cuento con un socio capitalista que ha sido un gran aporte para seguir creciendo y desafiándonos.
Nuestro modelo de negocios se basa en enfocar nuestro esfuerzo en la calidad de nuestro sour. No transo en eso. Usamos Pisco Premium de 40°, reservado en barricas de roble. No utilizamos concentrado de jugo, ni sucedáneos. De hecho, exprimimos con máximo cuidado cada limón y la goma también la hacemos nosotros. Nuestro Sour no contiene ningún ingrediente que no sean los que tiene un sour hecho en casa. Nada de estabilizantes, ni preservantes, ni emulsionantes. Y eso fue un desafío gigantesco para que el sour sea perfecto, así hayan transcurrido 9 meses en el congelador. Estoy muy orgulloso de lo que hemos logrado. El proceso es sagrado y lo cuido muchísimo porque quiero que la experiencia de consumo de mis clientes sea óptima. Cuando nos prueban nuevos clientes, nunca más se van.
Apuntamos a todos quienes quieran disfrutar del mejor sour en su casa, pero también en restaurantes, bares, eventos y hoteles. El canal Horeca es fundamental para nuestro modelo de negocios y es donde hemos tenido una recepción espectacular. Grandes banqueteros, hoteles y restaurantes nos han preferido.
El sour que hace cada persona en su casa, las recetas familiares y todo sour artesanal.
Me quedan muchísimas cosas que aprender y me encanta. Desde cómo mantener mi receta a gran escala hasta cómo a través de las nuevas tecnologías hacer que la marca De la Iglesia sea 100% conocida y reconocida.
El Sour es disfrutar, es reunirse con amigos o familia y pasar un buen momento. Pero también es el orgullo de quien lo prepara o lo comparte. El Sour es identidad nacional, es parte de nuestra cultura. Sueño con que De la Iglesia sea EL Premium Sour de Chile y, por qué no, llevarlo fuera de nuestras fronteras. Y tengo un plan para eso.
Creo que, como muchas pymes, el crecer se hace pesado. Navegamos en aguas turbulentas donde hay trasatlánticos, y nuestro barco es pequeño. Pero está hecho con buenos materiales, y tenemos la mejor tripulación. Mi equipo es espectacular. Así es que tenemos la certeza de que vamos a superar los desafíos que el mercado nos presente.
El mercado chileno y en un futuro sería lindo estar fuera de Chile. Vuelvo sobre la idea de la identidad: Llevar este cóctel chileno, que nace de Los Andes y que es capaz de conquistar paladares lejanos es un desafío que me motiva.
A los emprendedores que se juegan la vida en sus proyectos. Que inventan cosas distintas y marcan diferencia por la calidad de sus productos o desarrollos. Hay muchos proyectos chilenos que merecen reconocimiento: Keveri Grills, Hell Rock, Casa Ideas. Y a veces también me admiro a mi mismo. Miro hacia atrás y pienso, “¿en que momento hice todo esto?” Y la respuesta es levantándome muy temprano, acostándome muy tarde, utilizando todas las herramientas conque la vida me ha bendecido y luchando por superar mis falencias. Soy inclaudicable. Hace 4 años estaba técnicamente quebrado. Y nos pusimos a exprimir la vida.
Pasándolo bien, disfrutando de mi pega, como siempre. Con una planta más grande, con una marca no sólo reconocida, si no querida y aprobada por el público. Que la gente sienta que el sour De la Iglesia, pese a su crecimiento sigue siendo una receta premium.
Difícil pregunta porque son varias que admiro: NotCo, por ejemplo (¡se pasaron!) o lo que hizo Cornershop en su momento, pero da las más antiguas también hay algunas que fueron super visionarias: Sonda, por ejemplo.
Depende de la mirada y en qué mercado. Hoy los números de nuestra economía podrían decir que está difícil para invertir, que hay poco incentivo y que es mejor ir a refugiarse a otro lado, pero yo amo mi país y no soy de los que se quedan de brazos cruzados esperando que viento sople a favor. Yo me la juego, aprendo con la corriente en contra. Ya llegará el tiempo de navegar aguas más favorables.
Ni lo uno, ni lo otro al 100%. No te la hace fácil y puedes victimizarte diciendo que te están obstaculizando, pero uno entiende que debe haber un rol estatal que cuide el bien común y no sólo mis intereses. Ahora, si los procesos son sencillos y expeditos, para nada. Y eso desalienta la inversión e incentiva el que muchos no se regularicen entre otras externalidades.
“¡Vamos que vamos!”, “¡Esto es pa pasarlo bien!” y “Hagamos las cosas bien”.