Minera Escondida y Codelco -las dos principales compañías mineras del país- viven presentes opuestos.
Y es que según un informe de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), la producción de cobre de la estatal, al cierre de noviembre, llegó a 1.281 mil toneladas, lo que representa una caída de un 9% en relación al mismo periodo de 2022.
Tanto el Distrito Norte (Chuquicamata, Radomiro Tomic y Ministro Hales) como el Teniente, Andina y Salvador retrocedieron en sus indicadores. No obstante, la meta de producción del último año, estimada entre 1.310 y 1.350 miles de toneladas, se alcanzaría a cumplir.
El caso de Minera Escondida -de la angloaustraliana BHP- es distinto, pues viene mostrando un sostenido crecimiento en su producción, de la mano, entre otros factores, de mejores leyes de mineral.
A noviembre, la compañía ubicada en la Región de Antofagasta totalizó 1.012 miles de toneladas, un crecimiento de 4,6% en relación al mismo periodo de 2022.
Otro de los desempeños que destacó fue el de minera Los Pelambres, principal faena del grupo Luksic. La empresa registró un crecimiento de 9,1%, acumulando 275 mil toneladas de cobre.
Collahuasi, por su parte, logró repuntar durante los últimos meses. Acortó la brecha con respecto a 2022, pero aún así está un 1,4% por debajo. El desplome de Los Bronces, en tanto, ya supera el 15%, llegando en noviembre a 234 mil toneladas.
En el caso de Spence, también operada por BHP, sus 228 mil toneladas de cobre representan un alza de 2,1%.
Los datos de la producción auguran un panorama poco auspicioso. Y es que es poco probable que la industria local logre revertir la situación negativa por la que atraviesa, por lo que se espera un quinto año consecutivo a la baja en la producción de cobre.
Si en 2018 se consiguió el récord histórico de 5,84 millones de toneladas, el indicador para 2023 caería 1,5%, esto es, unas 600 mil toneladas menos que hace seis años.
Royalty minero ya entró en vigor
El panorama para la minería tendrá algunos cambios a partir de este año. Y es que el lunes 1 de enero entró en vigencia la ley de royalty minero, impuesto con el que el Gobierno busca recaudar anualmente el 0,45% del PIB, esto es, cerca de US$1.350 millones.
La nueva normativa destaca por entregar recursos adicionales a las comunas mineras y por un alza del impuesto a la gran minería.
En concreto, el royalty consiste en un gravamen que contempla un componente ad valorem y uno sujeto al margen operativo de entre 8% y 26% para las compañías que produzcan más de 50 mil toneladas, lo que se entiende por gran minería.
La normativa, además, fija una tasa impositiva máxima efectiva. ¿Qué quiere decir esto? Que el techo que pagarán las grandes mineras en tributos será del 46,5% de la ganancia operativa.
Pero quizás uno de los aspectos más relevantes es el que tiene relación con los recursos que se destinarán a las comunas mineras.
En términos concretos, US$225 millones de lo recaudado irán para Gobiernos Regionales y US$55 millones para alrededor de 32 comunas mineras. Asimismo, US$170 millones se destinarán a un Fondo de Apoyo para la Equidad Territorial, con el objetivo de contribuir a las comunas más vulnerables del país.