Pese a la crisis que afecta al sector inmobiliario, debido a menores ventas en medio de una débil economía y restricciones crediticias para las empresas y compradores de viviendas, en el mercado se está registrando un relevante flujo de operaciones de compraventa de terrenos. Esto ocurre con importantes descuentos que llegan hasta el 40% respecto de los valores previos a la pandemia que partió en 2020. Estas "gangas" las aprovechan compradores -inversionistas inmobiliarios- que están en buena posición financiera y cuentan con respaldos de la banca. Sus contrapartes son vendedores -principalmente desarrolladores- que tenían sitios en stock y necesitaban reducir carga financiera. También dueños de proyectos que no lograron llevarlos adelante y están endeudados.
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