El crecimiento económico de Estados Unidos se aceleró más de lo previsto en el segundo trimestre, lo que ilustra que la demanda está resistiendo el peso de los mayores costos de endeudamiento.
El Producto Interno Bruto (PIB) de la potencia mundial aumentó a una tasa anualizada del 2,8% después de haber aumentado un 1,4% en el período anterior, según la estimación inicial del gobierno.
El principal motor de crecimiento de la economía -el gasto personal (PCE)- subió un 2,3%, también más de lo previsto.
La inflación subyacente, un indicador que es seguido de cerca, aumentó un 2,9%, menos que el primer trimestre, pero todavía por encima de los pronósticos, mostró el informe de la Oficina de Análisis Económico el jueves.
Aunque el ritmo de crecimiento se aceleró con respecto al primer trimestre, las cifras aún representan una moderación frente al año pasado. El gasto de consumo y la actividad económica en general se han enfriado debido a las altas tasas de interés, lo que al mismo tiempo está ayudando a controlar gradualmente la inflación.
Esto es un buen augurio para la Reserva Federal, que está tratando de lograr un aterrizaje suave para la economía y es probable que comience a recortar las tasas de interés en septiembre.
No obstante, se requerirá un buen equilibrio para enfriar el mercado laboral lo suficiente sin dejar a millones de personas sin trabajo, especialmente cuando el desempleo ha aumentado durante tres meses consecutivos.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro subieron ligeramente y los futuros de las acciones se mantuvieron a la baja después del informe. Los responsables de la política monetaria también se reunirán la próxima semana.