El duro golpe que ha significado para el grupo CAP mantener las operaciones de la Siderúrgica Huachipato se sintió con fuerza en sus resultados del primer semestre de 2024, registrando pérdidas por US$350,49 millones, un fuerte aumento del 110% en las mermas frente a igual periodo del año pasado.
En el segundo trimestre de 2024, CAP registró una pérdida de US$311,9 millones, "explicada mayoritariamente por el segmento siderúrgico, donde se reconoció una provisión de deterioro de activos y costos de reestructuración por un monto de US$335,5 millones", indicó la compañía.
"Lo anterior, producto de la suspensión indefinida de las operaciones de producción de acero de Compañía Siderúrgica Huachipato, reportada en los hechos posteriores de los Estados Financieros al cierre del 30 de junio de 2024 e informada al mercado a través de Hecho Esencial de fecha 7 de agosto de 2024", añadió.
Durante el primer semestre del año, los ingresos de CAP alcanzaron los US%1.120,13 millones, un 19,2% por debajo de igual período de 2023, mientras que su
Ebitda llegó a US$301,89 millones, una baja interanual del 3,9%.
En el segundo trimestre, los ingresos bajaron un 12% a US$607,57 millones, mientras que el Ebitda creció un 68,2% a US$213,80 millones.
Los números de Huachipato, en tanto, son elocuentes para explicar su cierre: a nivel operacional, entre abril y junio del ejercicio en curso, la acerera mantuvo un Ebitda negativa de US$21,5 millones, versos los negativos US$37,5 millones registrados en igual periodo pasado.
Resultados que se explican por una baja de 32,8% en los volúmenes demandados respecto del segundo trimestre de 2023 y la imposibilidad de traspasar a precios las sobretasas al acero proveniente de China recomendadas por la Comisión Antidistorsiones.
Así, Huachipato concluyó el primer semestre con una pérdida de US$412,4 millones, reflejo en buena medida de una provisión por reestructuración por US$335 millones asociados a la suspensión de las operaciones suderúrgicas, la cual incluye deterioro de activos, castigo de inventarios y otros gastos de reestructuración, además de un efecto de impuestos diferidos.
