La reciente transacción que involucra la venta del 10% -no diluible- de la mina de cobre Quebrada Blanca por parte de la Empresa Nacional de Minería (Enami) a Codelco, despertó reparos por parte de empresas privadas y analistas del sector.
Esto, ya que la operación, valorada en US$520 millones, desató una serie de dudas sobre si el monto acordado refleja el verdadero valor del activo, con algunos especialistas apuntando a que el 10% de Enami podría valer considerablemente más.
Sumitomo, por ejemplo, pagó US$1.200 millones por el 30% de Quebrada Blanca en 2019, lo que algunos consideran un indicativo de que el 10% de Enami podría haber sido tasado en una cifra mayor, especialmente considerando el aumento del precio del cobre.
Asimismo, el año pasado Teck inauguró Quebrada Blanca 2 que costó unos US$8.700 millones y tiene una vida útil de 27 años. Además, la empresa canadiense expuso -en medio de la discusión del royalty minero- en 2021 que se calculó la vida útil del proyecto, y la Enami recibiría cerca de US$1.900 millones por su 10%.
Con esos números sobre la mesa, es que analistas manifestaron su reparos a El Mercurio.
Por ejemplo, Álvaro Merino, director de Núcleo Minero, manifestó que "llama la atención que la inversión en Quebrada Blanca 2 (QB2) alcanzó un monto cercano a los US$9.000 millones, de modo tal que el 10% que Enami posee en esa compañía es del orden de US$900 millones, monto 73% superior a los US$520 millones que considera el acuerdo".
En esa línea, el director ejecutivo de Plusmining, Juan Carlos Guajardo, indicó que la valorización del activo debería ser mayor a los US$520 millones.
"Si consideramos los antecedentes, el valor de este 10% de Quebrada Blanca debería ser superior. Aunque las valorizaciones están sujetas a diversas condiciones, nuestras estimaciones indican un valor mayor, entre otras razones, porque este 10% es no diluible", afirmó.
Juan Ignacio Guzmán, gerente general de la consultora GEM, remarcó que "Codelco adquiere un nivel significativo de producción de forma relativamente barata. Pero tal vez lo más preocupante es que Enami vende su principal activo y fuente de ingresos por un precio menor al que debiera haber obtenido en el mercado, si es que se hubiera hecho una transacción transparente y competitiva".
En esa línea, varios dardos apuntan a que la operación pudo haberse realizado mediante un proceso de licitación pública, lo que -según dicen- probablemente habría permitido obtener un valor más alto por el 10%.
"Acusamos falta de transparencia en la venta del 10% que Enami tiene en la mina Quebrada Blanca a Codelco", denunció Jorge Riesco, presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami). Para Riesco, una licitación habría sido más beneficiosa para Enami al atraer a otros posibles compradores y, con ello, mayores recursos.
Pero las dudas no solo provienen del sector privado. En el Congreso, algunos parlamentarios también manifestaron su preocupación por lo que significa para la Enami deshacerse de su activo más valioso en un contexto de apremio financiero.
La estatal enfrenta deudas que alcanzan los US$750 millones, y según el vicepresidente ejecutivo de la Enami, Iván Mlynarz, la venta permitirá reducir en un 66% las deudas, lo que la compañía considera un movimiento estratégico necesario.
En ese sentido, Mlynarz defendió la operación aludiendo al "apremio financiero" que enfrenta Enami y al tiempo que hubiera tomado un proceso de licitación. Afirmó que se trataba de un negocio "justo", dada la situación financiera de la estatal.
En esa misma línea, desde Codelco defienden la transacción. Máximo Pacheco, presidente del directorio de la cuprífera, sostuvo a El Mercurio que "esto es un tremendo negocio", y agregó que la compra está alineada con la estrategia de convertir a Codelco en "el holding minero de Chile".