Durante décadas, se ha creído que las carreras laborales tienen una duración de entre 30 y 40 años, con la jubilación prevista cerca de los 60. Sin embargo, este panorama ha venido cambiando debido al aumento de la población mayor. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) ha proyectado un acelerado envejecimiento en Chile: se espera que para 2024, la población mayor supere a la de menores de 15 años; y, para 2026, más del 20% de los chilenos tendrá 60 años o más.
Esta realidad ha dado lugar a problemas como el edadismo, una forma de discriminación basada en la edad de una persona. El Informe Mundial de Edadismo 2021 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que esto incluye estereotipos, prejuicios y discriminación relacionados con los años de una persona. Esto no se limita solo a actos de discriminación, sino que también abarca actitudes y creencias negativas hacia las personas debido a su edad.
Este fenómeno plantea retos importantes para el país, no solo en el ámbito de las políticas públicas, la salud y la economía, sino también en el mercado laboral. María Jesús García - Huidobro, gerente de desarrollo de negocios de Trabajando.com, señala que Chile no está preparado para este cambio, "Si no cambiamos nuestra forma de percibir a las personas mayores en las organizaciones, abordamos nuestros sesgos y fomentamos equipos diversos e inclusivos, el progreso será limitado. La buena noticia es que este tema está ganando relevancia en nuestro país, lo que impulsará gradualmente un cambio cultural en la sociedad y las empresas, además de impulsar las políticas públicas necesarias".
Según la ONU, se estima que una de cada dos personas en el mundo tiene actitudes edadistas, que se presentan en tres formas:
Edadismo interpersonal: se manifiesta en cómo una persona trata a otra según su edad, a menudo reflejando falta de respeto o una sensación de superioridad hacia los mayores.
Edadismo institucional: proviene de las instituciones y está vinculado a leyes o normas sociales, siendo más difícil de percibir.
Edadismo autoinfligido: es cuando una persona se discrimina a sí misma debido a su edad.
Las barreras del mercado laboral para los +50
De acuerdo con Gilbert Leiva, CEO I-ED y presidente de la Mesa de Capital Humano de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de Información, los principales desafíos que presenta el edadismo son de tipo mental.
El experto en recursos humanos, explica que, por un lado, están los prejuicios de los reclutadores, que muchas veces presumen que las personas mayores de 50 años no aprenden rápidamente. Además, “están las barreras que estas mismas personas se imponen, al creer que no son capaces de aprender a la velocidad que se requiere. Esto genera un círculo vicioso que ellos mismos están retroalimentando. El punto es reconocer que las personas mayores aprenden de manera distinta, y que las habilidades necesarias hoy son diferentes, ni mejores ni peores”, aseguró Leiva.
Ana Troncoso, psicóloga y coach en fortalezas de Gallup -firma global de análisis y asesoramiento-, explica que las principales barreras que enfrentan las personas mayores de 50 años en el mercado laboral debido al edadismo son:
Estereotipos negativos: Los empleadores a menudo creen erróneamente que las personas mayores son menos adaptables a nuevas tecnologías y métodos de trabajo, menos productivas y menos dispuestas a aprender.
Preferencia por la juventud: Se tiende a preferir candidatos jóvenes debido a la percepción de que tienen más energía, son más innovadores y tienen una mayor longevidad laboral. Recientemente, completaron su formación, lo que les hace parecer más actualizados profesionalmente.
Salarios más altos: Existe la percepción de que contratar a trabajadores mayores es más costoso debido a sus expectativas salariales más altas, lo cual es cierto para ejecutivos con carreras de alta responsabilidad.
María Jesús García – Huidobro, dice que el edadismo en los trabajos formales es una realidad, afectando principalmente al segmento senior.
“Antes, se consideraba a las personas de 60 años o más dentro de esta categoría, pero hoy en día el umbral ha bajado a los 50 años, e incluso hay tendencias que sugieren que la tercera edad laboral podría comenzar a los 45. Esto varía según la industria y el tipo de cargo. Según los datos de nuestra plataforma, las personas de entre 40 y 50 años representan un 19% de las postulaciones totales este año, mientras que las de 50 a 60 caen al 6,9%. Este indicador refleja un cambio significativo en la forma en que este grupo se relaciona con el mercado laboral”.
María Jesús García - Huidobro, gerente de desarrollo de negocios de Trabajando.com
El valor de los talentos mayores
Los profesionales de más de 50 años poseen una experiencia y conocimiento invaluable. Su capacidad para resolver problemas, tomar decisiones fundamentadas y guiar a los equipos más jóvenes son activos esenciales para cualquier organización, afirman los expertos. Además, su lealtad y compromiso suelen traducirse en más estabilidad y menor rotación dentro de la empresa.
Alejandro Servide, director de Professionals, RPO & Technologies en Randstad, afirma que para que las organizaciones crezcan de manera sostenible, deben implementar políticas que reconozcan el aporte de los trabajadores mayores de 50 años. “Esto incluye ofrecer oportunidades de formación continua en nuevas tecnologías y metodologías, así como incentivos para que estos talentos permanezcan en la organización”, comenta Servide.
Para atraer y retener a estos talentos, Servide sugiere medidas como opciones de trabajo flexible, mentorías y la creación de estrategias que permitan el desarrollo continuo dentro de la organización. "Es necesario fomentar el bienestar de estos trabajadores, ya que un colaborador satisfecho es más productivo", añade.
