Un sondeo realizado por la Mutual de Seguridad, Radiografía de las Vacaciones de Trabajadores Chilenos 2023, reveló que el 61% de las personas declara que no logra una desconexión total del trabajo en sus vacaciones. De este porcentaje, el 23% responde que sigue altamente conectado con su trabajo en este período de descanso.
Este fenómeno, conocido como “miedo a desconectarse”, refleja una realidad donde las expectativas de disponibilidad continua afectan la capacidad de los trabajadores para disfrutar de sus vacaciones. En vísperas del inicio de las Fiestas Patrias, los chilenos están afinando los detalles para disfrutar de uno de los feriados más extensos en años. Sin embargo, mientras muchos trabajadores se preparan para un merecido descanso, persiste una preocupación: el miedo a desconectarse del trabajo.
El director asociado de Robert Half Chile -firma internacional de consultoría de recursos humanos-, Caio Arnaes, analiza esta situación y señala que “existe una creencia equivocada de que desconectarse por varios días podría perjudicar el desarrollo de la actividad laboral y aumentar la carga laboral al regresar de un período que se toma para descansar”.
El miedo a desconectarse se intensificó durante la pandemia, cuando las barreras entre la vida laboral y personal se difuminaron. Muchos trabajadores extendieron sus jornadas, trabajaron durante los fines de semana y enfrentaron un aumento en las cargas laborales. Arnaes asegura que “durante la pandemia, los límites entre la vida personal y laboral se volvieron muy difusos. Muchos trabajadores comían mientras trabajaban, se quedaban más allá del horario acordado y dedicaban su tiempo de descanso para ponerse al día, lo que resultó en burnout, ansiedad y depresión”.
¿De dónde proviene ese miedo?
Camila Muñoz, subgerente de Servicio y Calidad Operacional de Grupo de Empresas Teamwork -Compañía de gestión de personas y empleabilidad- explica que el temor a desconectarse durante las vacaciones surge de una sensación de responsabilidad excesiva, temor a perder oportunidades y una cultura organizacional que no fomenta el descanso real. Esto afecta la capacidad de los trabajadores para recargar energías, disminuyendo su creatividad, productividad y aumentando el estrés a largo plazo.
“Un factor clave es el "FOMO" (Fear of Missing Out) laboral, el miedo a quedar fuera de decisiones importantes o proyectos clave mientras se está desconectado. Este fenómeno, impulsado por la hiperconectividad, reduce la calidad del descanso y genera agotamiento prolongado en los empleados”, señaló Muñoz.
Esta realidad se intensificó durante la pandemia, cuando las barreras entre la vida laboral y personal se difuminaron. Muchos trabajadores extendieron sus jornadas, trabajaron durante los fines de semana y enfrentaron un aumento en las cargas laborales. Arnaes dice que: “Durante este tiempo, los límites entre la vida personal y laboral se volvieron muy difusos. Muchos trabajadores comían mientras trabajaban, se quedaban más allá del horario acordado y dedicaban su tiempo de descanso para ponerse al día, lo que resultó en burnout, ansiedad y depresión”.
Las consecuencias de no descontarse
Desde Robert Half indican que la decisión de mantenerse disponibles en un período de vacaciones, por más breve que sea, genera efectos sobre la productividad, falta de disposición, mal humor, entre otros daños físicos y psicológicos, que están llevando a miles de trabajadores de todo el mundo a sufrir lo que se conoce como burnout o síndrome del trabajador quemado.
Muñoz advierte que estar siempre disponible durante el descanso puede afectar física y psicológicamente. “A nivel físico, provoca problemas como fatiga, insomnio y dolores corporales; psicológicamente, genera ansiedad, irritabilidad y agotamiento emocional, síntomas típicos del burnout. Este ciclo de agotamiento se agrava cuando los empleados temen que desconectarse sea visto como falta de compromiso, lo que les lleva a mantenerse conectados incluso en sus momentos de descanso, perjudicando aún más su salud”, comentó la experta en recursos humanos.
Cultura de desconexión saludable
“Los líderes deben ser los primeros en dar el ejemplo”, dijo el ejecutivo de Robert Half. “Si ellos se desconectan durante sus períodos de descanso sin temor, generarán un efecto similar en sus equipos de trabajo. Es importante definir las expectativas con relación al tiempo de ausencia y mantenerse desconectados. Eso transmite seguridad para que los demás hagan lo mismo cuando sea el momento”, agregó.
Según Teamwork, las empresas tienen un rol clave en la promoción de una cultura de desconexión saludable. Para lograrlo, es fundamental que existan políticas claras sobre el respeto al tiempo libre de los empleados, incluyendo la no obligatoriedad de responder mensajes fuera de horas laborales. También es importante que los líderes y directivos den el ejemplo, desconectándose durante sus propios períodos de descanso.
“Otra estrategia útil es educar a los colaboradores para identificar estas conductas y evitar que influya en su bienestar. Ofrecer capacitaciones sobre manejo del estrés y equilibrio entre vida personal y profesional ayuda a los colaboradores a gestionar sus tareas de manera más eficiente y a separar ambos ámbitos”, señaló Muñoz. Finalmente, fomentar un ambiente de confianza en el que los trabajadores sepan que sus oportunidades laborales no se verán afectadas por desconectar, contribuye a una cultura más equilibrada y a un equipo más productivo y saludable, dijo la especialista.