"Es un zurdo que no entiende nuestro programa". Con esas palabras las filas libertarias argentinas explicaron la salida del economista chileno, Rodrigo Valdés, de las negociaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) con Argentina, según reporteó La Nación.
La sentencia resume la posición de la Casa Rosada frente al rol del ex ministro de Hacienda, hoy director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI. Y es que hace meses el mandatario trasandino, Javier Milei, había dejado de confiar en Valdés, a quen terminó incluso declarándole una "guerra".
Hace un año, cuando Milei era candidato, una circunstancia como la actual se perfilaba como algo impensable. De hecho, tras la primera reunión entre ambos -luego de que el argentino fuera primera mayoría en las primarias- no pareció haber ningún tipo de roce.
"La discusión fue una oportunidad para intercambiar puntos de vista sobre las perspectivas económicas actuales de Argentina y entender sus prioridades de política económica", dijo el FMI en un comunicado.
La institución "no debería tener problemas con el programa", aseveró, en tanto, el presidente trasandino, también durante esos días.
El inició de los roces
En marzo, cuando el gobierno de Milei ya llevaba más de tres meses, comenzaron las hostilidades. A fines de ese mes Valdés llegó a Buenos Aires. Aunque elogió los resultados alcanzados, con los superávit fiscales en enero y febrero, pidió mejorar la calidad del ajuste. "La calidad, quiero subrayar, no es la cantidad", aseveró.
"El progreso ha sido impresionante", reconoció en esa ocasión el otrora secretario de Estado chileno. Sin embargo, aseguró también que "hay que sostener los esfuerzos para apoyar a los más vulnerables, para que el peso del ajuste no caiga desproporcionadamente sobre las familias trabajadoras".
Fue esta última frase la que la Casa Rosada no le perdonó. "Los sectores más cuidados y más protegidos son los más pobres. En cien días de Gobierno es cuando más se han dado incrementos", contestó el vocero de gobierno, Manuel Adorni.
Esto, en referencia a los aumentos en la Asignación Universal por Hijo, la Tarjeta Alimentar y las ayudas escolares. Incluso el vocero aseguró que se trata de una "difamación" sobre el supuesto descuido hacia el envió de asistencia a los más vulnerables.
"De que nos olvidamos de los más pobres, si esa fue la definición, fue absolutamente inexacta", complementó.
La declaración de "guerra"
Milei no olvidó el antecedente de marzo. Y poco después se lanzó contra Valdés. Esto ocurrió en junio, cuando el mandatario responsabilizó al FMI por los pasivos acumulados en el Banco Central, abriendo -según analistas trasandinos- un conflicto institucional.
"No solo es responsabilidad del gobierno anterior, sino de un técnico del FMI que hizo la vista gorda con esto. Digamos, algún técnico que pueda tener vínculos con el foro de San Pablo", lanzó Milei en una acalorada entrevista.
Esto, después de un informe de más de 100 páginas que dio a conocer el FMI, donde le exigía al ministro de Economía de Argentina, Luis Caputo, que devalúe y levante el cepo cambiario.
Según escribió esa semana el columnista argentino Carlos Pagni en La Nación, para Milei el chileno era algo así como un "populista filo kirchnerista-chavista que está generando problemas", identificándolo como un "populista del Foro de Sao Paulo".
"Lo cual es bastante difícil de creer porque Valdés, que es cierto que fue ministro de la socialista Bachelet, y el socialismo chileno ha pertenecido históricamente al Foro de Sao Paulo, cumplió en ese gobierno de Bachelet, el rol de un ministro de derecha en un gobierno de izquierda. Valdés es un ortodoxo. Lo más alejado que uno podría pensar de un populista. Es un ortodoxo clásico, que está en contra de algunas ideas de Milei, como la dolarización", añadió Pagni.
Con todo, según el columnista, con esta declaración "Milei le declaró la guerra a Valdés", el responsable directo de la negociación entre Argentina y el FMI.
Los últimos meses
El FMI intentó dejar atrás la polémica y en julio volvió a hablar positivamente sobre las reformas que el Ejecutivo de ese país estaba llevando a cabo. "Argentina ha experimentado acontecimiento bastante positivos", comentó Julie Kozack, vocero del FMI, a mediados de ese mes.
"Los países que están pasando por este tipo de programas de estabilización tienen períodos de volatilidad, y eso es simplemente inevitable", complementó.
La entidad, por último, recalcó que la comunicación con las autoridades trasandinas era "activa y constructiva". Aunque desde las filas más afines al Gobierno las críticas al organismo ya se hacían sentir con más fuerza.
Pero Milei volvió sobre Valdés. Y una semana después de las declaraciones del FMI aseveró en una entrevista radial que el economista chileno tenía "mala intención para con Argentina manifiesta" y que "todos los días está poniendo peros".
"El no quiere que a Argentina le vaya bien. No importa, nosotros seguimos adelante", dijo Milei.
Así, Milei sostuvo que "hubo complicidad del jefe de la misión del FMI con el gobierno anterior (de Fernández)" y que "avalaba todo el desastre que hacía Massa" porque esa gestión, supuestamente, era afín al Foro de San Pablo y al Grupo Puebla.
Asimismo, señaló que Valdés había causado un "desastre" cuando había sido ministro de Hacienda en Chile, durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet (2014-2018).
La salida de Valdés
Finalmente, Rodrigo Valdés dejó su rol en las negociaciones del FMI con Argentina. "Se había vuelto loco y esto demuestra la predisposición del Fondo a acordar con nosotros", comentaron en el entorno de Milei, según recoge La Nación. "Era alguien que operaba en contra", indicaron también. "Era un obstáculo, ahora se podrá encarar un diálogo más fructífero", dijeron asimismo.
Según reporteó La Tercera, fue el propio Valdés quien decidió dar un paso al costado, por la tensión constante que existía con la Casa Rosada. Su decisión habría sido "meditada" y con el objetivo de "destrabar una situación que no iba a ninguna parte", según personas contactadas por el medio citado.
El economista, en todo caso, seguirá en su cargo como director del Departamento del Hemisferio Occidental de la entidad. Según han explicado expertos, el cambio en la primera línea de negociación no implicará diferencia alguna en las exigencias del organismo con el país.