El fantasma del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), temido por los inversionistas para el desarrollo de proyectos en Chile, apareció frente a la mayor inversión que se tramita actualmente en el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA): el proyecto de amoníaco verde en la Región de Magallanes, por US$11 mil millones, ligado a la firma HNH Energy.
Quienes pretenden impulsar grandes proyectos de inversión en el país saben bien que la oposición o exigencias del CMN implica un largo tiempo en la obtención de permisos y también mayores costos.
En el caso de este megaproyecto en Magallanes, la entidad se opone a un trazado clave, el cual, de concretarse, provocaría una "alteración significativa, grave e irreversible" en la Estancia San Gregorio, un monumento nacional declarado Zona Típica en el año 2000.
Así, el principal argumento del rechazo del CMN es el impacto que la construcción de dos viales de pavimento asfáltico adicionales tendría en este sitio patrimonial.
"El proyecto contempla la construcción de dos viales dobles de pavimento asfáltico adicionales y laterales al camino internacional, y el ajuste del eje de la calzada, en el tramo interior del polígono de la Zona Típica de la Estancia San Gregorio", afirmó la entidad.
En este sentido, el consejo señaló que la intervención afectaría de forma severa los valores culturales y patrimoniales de la estancia, razón por la cual concluyó que "no cabe una compensación por parte del titular, sino que requiere ser replanteada, modificando el trazado del camino".
Entre otras razones, enfatizó que la Estancia San Gregorio es un conjunto rural-industrial que, según el CMN, representa "un símbolo de la época más próspera del auge de la ganadería en la región austral". Fue fundada por José Menéndez y construida a partir de 1878 por el pionero Marius Andrieu, llegando a convertirse en la mayor estancia de la Patagonia chilena.
El consejo subrayó que este lugar tiene más de 120 años de historia y es un "testimonio de una época colonizadora", lo que lo convierte en un patrimonio cultural de incalculable valor.
La entidad también destacó que las construcciones de la estancia mantienen "un estilo algo sureño con ciertos elementos arquitectónicos propios de la edificación de Australia y Nueva Zelandia" y que están "realizadas con ladrillos, maderas y planchas de zinc, presentando un buen estado de conservación".
Esto refuerza su argumento de que cualquier alteración al entorno de la estancia tendría efectos irreversibles sobre su valor histórico y arquitectónico.
Pese a su oposición inicial, el CMN aclaró que no busca detener el proyecto en su totalidad. Fuentes de la entidad señalaron a El Mercurio que "no existe ánimo ni indicación de rechazar el proyecto", y que su objetivo es que se evalúe un trazado alternativo que no afecte la integridad del bien patrimonial.
La posibilidad de modificar el proyecto fue discutida en una sesión del CMN el pasado 11 de septiembre, donde se concluyó que la intervención, tal como fue presentada, es inadmisible debido a los daños que causaría a este monumento histórico.