Gonzalo LaraChef y dueño de Olichen RestaurantEn las alturas de Cerro Alegre, Valparaíso, un rincón gastronómico está desarrollando su visión propia de la cocina chilena.
Olichen Restaurant, fundado hace ocho años, no solo ofrece platos típicos, sino que invita a sus comensales a descubrir los sabores de Chile a través del origen del producto.
Desde el primer bocado, sus clientes experimentan la tradición culinaria de Valparaíso, la región y todo el país.
La visión detrás de este proyecto nació con la compra de una casa en Cerro Alegre y el deseo de su fundador de crear un espacio gastronómico único.
Inspirado por su madre, quien fue su primera gran motivación, el capital inicial surgió del apoyo familiar, complementado por figuras claves del empresariado chileno como Paola Luksic y Peter Paulmann.
En una nueva edición de Lo pensó/lo hizo de Emol, su fundador nos cuenta los detalles de este viaje culinario, su visión de futuro y las motivaciones personales que lo impulsan a seguir transformando la cocina chilena desde las raíces.
Olichen Restaurant es el único Restaurante en Valparaíso y la Quinta Región que está haciendo Cocina Chilena a través del origen del producto. Y cubre la necesidad de mostrar en primer lugar Valparaíso, la región y finalmente Chile a través de sabores y saberes.
Olichen Restaurant surgió hace ocho años atrás con la compra de una casa en Cerro Alegre y la necesidad de tener un espacio gastronómico dónde crear.
El capital inicial fue gracias a mi Madre que está en el cielo junto al apoyo de mi Padre. Luego vino la Corfo, grandes empresarios chilenos ( Paola Luksic, Peter Paulmann, Roberto Angelini, Bernardo Larraín, etc ), y lógicamente con la ayuda incondicional de mi compañera de vida.
Mi modelo de negocio se basa en el trabajo mancomunado con muchas mujeres recolectoras de nuestros pueblos originarios y mujeres recolectoras campesinas. Además de buzos de Laguna Verde. La idea es generar una economía circular en toda su expresión.
Mi público objetivo es toda persona que quiera vivir una experiencia única en Valparaíso. Además del turista extranjero con la finalidad de mostrarle Chile desde mi gastronomía.
Creo no tener competencia alguna. Una porque no me gusta competir con nadie. Pero lo otro porque es un trabajo bien diferenciador con el resto de los restaurantes que hay en Valparaíso, Viña del Mar y el litoral costero.
Mi misión es seguir aprendiendo, investigando, viajando y estudiando acerca de nuestra historia y geografía gastronómica.
Mi propósito es ser feliz a través del acto de creación constante en Olichen Restaurant.
El mayor riesgo que enfrenta Olichen Restaurant es la decadencia de Chile y de mi amado Valparaíso.
El mercado que apuntó a conquistar es la gente que vive en Valparaíso, Viña del Mar, Concón y lógicamente Santiaguinos.
Admiro muchísimo a Jesús y su labor social, que en un futuro quiero que Olichen Restaurant tenga. Lógicamente a mi madre de quién aprendí todo en cuanto a cocinar. Y en finalmente a Carlos Monge, un gran cocinero que falleció hace unos años atrás y quién fue el dueño de Baltazar. Su obra creadora fue alucinante y fantástica.
En cinco años me veo feliz, enseñándole cocina a mi hijo de tres añitos (en ese entonces tendrá ocho años ), y con un Restaurante consolidado y un referente a nivel regional en cuanto a creatividad.
Mi empresa chilena preferida es la Fuente de Soda La Dorite, que está en Simón Bolívar con calle independencia acá en Valparaíso, ya que la historia de Don Nino ( su dueño), es una historia de sacrificio, esfuerzo y ganas por sacar a su familia adelante con lo que mejor sabe hacer: Cocinar. Y a nivel más grande Empresas Carozzi, que nace justamente en nuestra región llegando a ser una de las grandes empresas alimenticias de Chile y América Latina.
Chile es un buen lugar para invertir, pero en ciertos lugares como San Pedro de Atacama, Torres del Paine, Patagonia y lógicamente Santiago.
El Estado es un obstáculo permanente. O más bien dicho un muralla china llena de burocracia y una permisología infinita.
Mis máximas son despertarme en la mañana y darle gracias a Dios por un minuto más de vida. Luego besar a mi hijo Clementito y finalmente a mi señora. Lógicamente llevo en cada instante el ejemplo de vida de mi Madre.