Abrirse rápidamente paso en los mercados internacionales parece ser una tendencia que se ha posicionado en el ecosistema fintech en Chile, y es que el pequeño tamaño del mercado nacional hace que un importante puñado de startups que utilizan la tecnología para ofrecer productos o servicios financieros persigan el objetivo de probar suerte en el extranjero al poco tiempo de constituirse.
En ese escenario es que Perú y México se posicionan como los mercados más atractivos para las fintech chilenas. Así, al menos, lo señala la edición 2024 de Radar Chile de Finnovista: el 35,4% de las fintech locales prefiere Perú y el 34% México. En tercer lugar aparece Argentina, con un 17,4% de las preferencias.
Tanto las tierras incas como aztecas, según diversas voces del sector, ofrecen importantes ventajas que las firmas de tecnología financiera buscan aprovechar.
Aunque no extán exentas de dificultades.
La burocracia, informalidad y baja bancarización siguen siendo retos a superar, pero las oportunidades de crecimiento hacen que valga la pena el esfuerzo. ¿Y Brasil? A pesar de ser un mercado enorme y cercano a Chile, las fintech en general lo miran con distancia, dado que las barreras culturales -como el idioma- y regulatorias lo convierten en un desafío mayor, aunque reconocen las significativas ventajas que ofrece.
México
Según Josefina Movillo, directora ejecutiva de FinteChile, "México es un mercado gigante con muchos aspectos a mejorar en términos de inclusión financiera". La baja bancarización y el uso prevalente de efectivo abren una oportunidad para las fintechs chilenas, que pueden ofrecer soluciones digitales innovadoras.
"No tener diferencias en términos de idioma y su cercanía con Estados Unidos también son puntos a favor", añadió Movillo, destacando que estas características hacen que México sea "el destino más anhelado" para la internacionalización de las startups.
Para Omar Larré, cofundador de Fintual, México es un mercado atractivo debido a su tamaño y potencial de crecimiento. "La economía mexicana es aproximadamente cuatro veces mayor que la chilena, y su población más de seis veces más grande", afirmó.
Se trata, además, de un mercado que apenas comienza a adoptar nuevas tecnologías, como las inversiones digitales. Sin embargo, Larré advierte que "aún enfrentamos cierta desconfianza y baja adopción", lo que convierte el proceso de ganar la confianza de los usuarios en un desafío constante.
Sebastián Kreis, CEO de Xepelin, también resalta el potencial de México como un mercado clave en América Latina. "Su ubicación estratégica facilita el acceso a otros mercados, como Estados Unidos y Centroamérica", señaló, destacando el impacto positivo del "nearshoring" en el crecimiento del ecosistema empresarial mexicano.
Perú: Un mercado cercano y menos competitivo
Por otra parte, el atrativo de Perú dice relación con su proximidad geográfica y sus similitudes culturales y regulatorias con Chile. Gustavo Ananía, CEO de RedCapital, explicó que "el mercado peruano es atractivo porque todavía es menos competitivo que otros países de la región como Colombia o México".
La cercanía con Chile no solo reduce costos operativos, sino que también facilita los traslados y la implementación de proyectos. "Además, tiene una regulación similar a la chilena, como la Ley de Factoring, lo que genera un entorno favorable para las fintechs", agregó.
Sin embargo, Ananía advirtió que "en los últimos años, la economía peruana ha estado mucho más lenta, lo que ha sido menos atractivo para hacer negocios". Esta desaceleración económica afecta la velocidad de expansión y la rentabilidad a corto plazo, aunque remarca que las oportunidades siguen presentes.
Carlos Honorato, CEO de Orión, también señaló las barreras que enfrentan las empresas al operar en Perú. "La legislación inestable puede generar incertidumbre y la burocracia puede retrasar la creación y gestión de empresas", afirmó.
Asimismo, la infraestructura tecnológica desigual y la volatilidad económica son obstáculos para la adopción de soluciones digitales. A pesar de estos desafíos, Honorato cree que el crecimiento económico sostenido y el interés en la transformación digital son factores que ofrecen oportunidades para las startups.
Informalidad y fragmentación
Tanto en México como en Perú, la informalidad en los mercados representa un reto significativo para las startups chilenas.
Benjamín Labra, CEO de Houm, señaló que "la alta informalidad del mercado mexicano y su fragmentación dificultan establecer una marca reconocida en el corto plazo". Estas características hacen que el proceso de expansión sea más lento y requiera una mayor inversión de tiempo y recursos.
En el caso de Perú, la situación es similar. Gustavo Morandé, CEO de Zapping, resaltó que "Perú es un país donde gran parte de la población tiene empleo informal, por lo tanto, es un país con baja bancarización".
Este contexto, Morandé sostiene que limita la adopción de soluciones financieras digitales y aumenta la complejidad de establecer una operación sostenible.
¿Y Brasil por qué no?
Brasil, a pesar de ser el mayor mercado de la región, enfrenta ciertas barreras que lo hacen menos atractivo para muchas de estas empresas. A pesar de su tamaño, muchas startups chilenas han optado por otros destinos debido a las barreras culturales, lingüísticas y regulatorias que presenta.
Larré señaló que "Brasil tiene barreras culturales, y el idioma portugués es un obstáculo extra". Esto, sumado a que es un país más cerrado en términos comerciales y lo hace más difícil de abordar que mercados como México o Perú.
Kreis explicó que "Brasil presenta mayores complejidades en materia tributaria, regulatoria y competitiva", lo que requiere una estrategia más especializada para tener éxito en este mercado.
Sin embargo, destacó que Brasil es líder en innovación financiera con herramientas como PIX, el sistema de pagos instantáneos implementado por el Banco Central de Brasil, que ha revolucionado la manera en que personas y empresas interactúan con el dinero. "Para competir en Brasil, se necesita un expertise especializado", añadió.
Labra también mencionó que "Brasil, aunque tiene un mercado muy grande, enfrenta una mayor competencia y regulaciones complejas". Estas dificultades se traducen en altos costos operativos, lo que desincentiva a algunas startups a elegir Brasil como destino prioritario.