No una, sino varias veces el Presidente Gabriel Boric aludió en el último año a los "agoreros", para referirse a aquellos pronósticos que advertían que la situación económica del país podría ser peor a la que visualizaban las autoridades.
Sin embargo esto, en alguna medida, se corroboró ayer, con el reconocimiento del ministro de Hacienda, Mario Marcel, de que el país no crecerá al 2,6% en 2024, como estaba proyectado, tras el decepcionante nulo Imacec de septiembre, un desempeño que se ubicó muy por debajo a las proyecciones del mercado y a las del propio Gobierno.
Una de las ocasiones en las que el Mandatario utilizó el término fue el 10 de enero, cuando presentó la reforma a la tramitación de los permisos sectoriales. "Esperaría que, a partir de los datos macroeconómicos del último tiempo que hemos tenido
, ojalá quienes fueron agoreros de la catástrofe reconocieran que estuvieron equivocados", sostuvo la primera autoridad.
La referencia volvió a aparecer en abril, tras conocerse el Imacec de febrero, que llegó a un potente 4,5%. "Tenemos la buena noticia que, pese a los agoreros de siempre, la economía está creciendo desde mediados del 2023, lo que quiere decir que llevamos nueve meses creciendo, y esta expansión va a continuar firme durante el año 2024", comentó el Presidente entonces.
A mediados de octubre, Boric volvió sobre el término, con una confianza excepcional: "Vamos a crecer significativamente más de lo que se había proyectado por destacados economistas y los diarios afines. Se equivocaron". "Noten -dijo también- que podemos recuperar los pronósticos agoreros".
En esa instancia -el Encuentro Nacional del Agro (Enagro), organizado por la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA)- el Presidente además señaló que "me rebelo contra el pronóstico de que Chile en la próxima década va a crecer solo un 2%. Estoy seguro de que podemos más".
El pronóstico del Mandatario para el crecimiento del país, además, estaba incluso por sobre las proyecciones de Hacienda. "El año pasado se decía que este año Chile iba a crecer con suerte al 1,5%, por ahí. Vamos a crecer al 2,7%", dijo en el mismo encuentro.
"Apuesta muy alta"
Para Tomás Flores, economista de LyD, las declaraciones del Presidente -en relación a los "agoreros"- fueron "muy lamentables". Explica que la Encuesta de Expectativas Económicas del Banco Central (BC), ya había rebajado las proyecciones de crecimiento para este año y que, en ese contexto, "no es una sorpresa de que no íbamos a poder crecer a 2,6%. Ya todo el mercado había corregido la cifa a la baja".
Agrega, a eso, que "fue una apuesta muy alta, porque el mercado ya estaba corrigiendo los números". Y que dentro del Gobierno "no puedes permitirte que el Presidente lo diga".
Alejandro Weber, exsubsecretario de Hacienda y decano de la facultad de Economía y Gobierno de la USS, por su parte, explica que "las proyecciones del Gobierno se desajustaron de la realidad".
"El estancamiento económico es más estructural de lo previsto por el Gobierno pues se explica en buena medida por una inversión muy débil que sigue en terreno negativo y una caída sostenida de las exportaciones, y se refleja en una crisis profunda del mercado laboral", sostiene.
