El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca no es auspicioso para la economía chilena. Esa es, al menos, la opinión de buena parte de los especialistas y analistas del mundo de las finanzas. Ven una posible alza en los aranceles de las exportaciones, un dólar más alto, mayor inflación, encarecimiento de financiamiento y una afectación al precio del cobre y del litio, producto de una eventual intensificación de la guerra comercial con China.
Durante su campaña, Trump prometió subir los aranceles a todos los productos importados, hasta en un 20%; y llevarlos hasta el 60% en el caso de China. "Quitando amor y religión, arancel es palabra más hermosa que existe", dijo la semana pasada, recalcando la importancia que esta política tendrá durante su segundo gobierno. El magnate, asimismo, anunció un recorte de impuestos para las grandes compañías, desde el 21% al 15%, con la condición de que fabriquen sus productos dentro del país.
El alza en los aranceles podría aplicarse a Chile, a pesar del Tratado de Libre Comercio (TDLC) que nuestro país tiene con Estados Unidos. "El enfoque proteccionista de Trump podría llevar a revisar este acuerdo o incluso introducir nuevas barreras comerciales", dice
Gonzalo Muñoz, analista de mercados XTB Latam. Según explica, esto afectaría directamente a sectores claves de la economía local, como el agrícola y el minero, esenciales para el empleo local.
Jorge Rojas, investigador del Instituto de Políticas Económicas FEN UNAB, coincide. A su juicio, los tratados "podrían renegociarse". Esto implicaría -dice- "alzas de aranceles aduaneros a nuestros productos, a nuestras exportaciones".
El tipo de cambio también podría elevarse, incentivado por políticas de estímulo fiscal en Estados Unidos. Esto, explica Muñoz, encarecería las importaciones, "con un efecto inmediato sobre la inflación, particularmente en bienes de consumo diarios que dependen de mercados externo".
"La depreciación del peso -complementa Manuel Peña, Senior Portfolio Manager en Fintual- encarecerá los bienes y servicios transables, lo que aumentará en el corto plazo la inflación en Chile al elevar los precios de productos importados".
También se prevé un aumento en las tasas en Estados Unidos, debido a un posible déficit fiscal si se concreta la rebaja impositiva a las empresas. "Sabemos que parte de las tasas largas en Chile están muy correlacionadas con las tasas de interés de largo plazo en EE.UU. Y, por lo tanto, podríamos ver tasas de interés un poco más altas o que se mantengan relativamente altas, como lo están hoy día, por más tiempo", explica Carlos Smith, docente investigador del Centro de Investigación de Empresa y Sociedad, CIES-UDD.
Esto derivaría -a su juicio- en un golpe duro para un sector que está muy perjudicado hace mucho tiempo, que es el sector construcción y el sector inmobiliario".
"El déficit fiscal proyectado en EE.UU. podría impulsar un alza en las tasas de interés globales -asegura Peña-, incluidas las chilenas, que además enfrentarán presión por la inflación adicional de los bienes transables. Esto encarecería el financiamiento para personas y empresas, y generará posibles pérdidas de capital en bonos chilenos de mayor duración".
"Las tasas probablemente subirán porque el déficit fiscal aumentará si se concreta la baja de impuestos prometida y porque el aumento de aranceles a 20% afectarán a los bienes de consumo, subiendo con ello la inflación", dice, por su parte, Alejandro Weber, exsubsecretario de Hacienda y decano de la facultad de Economía y Gobierno de la USS.
Las consecuencias de la guerra comercial
La eventual intensificación de la guerra comercial con China podría golpear con fuerza al mundo. Esto, dice Rojas, afectaría el precio de las materias primas "en particular el cobre y el litio". Peña sugiere, al respecto, que "posibles aranceles a China afectarían indirectamente a Chile, reduciendo la demanda de cobre y presionando a la baja las exportaciones chilenas".
Una opinión similar es la que tiene Carlos Smith. Explica que, considerando que China es el principal socio comercial de Chile, un posible menor crecimiento del país asiático -producto de la guerra comercial- podría implicar menor demanda por cobre.
Con esta disputa -destaca asimismo- "vamos a ver un mundo que va a crecer seguramente menos. Un mundo que va a tener que buscar alternativas. Y eso nos implica a nosotros buscar diversificar aún más nuestra matriz exportadora".
"Nos va a obligar, de alguna manera, a ser mucho más innovadores. Y eso es un llamado de atención para las empresas, pero también para el Gobierno, de revisar de cuánto estamos gastanto en innovación y desarrollo", explicita.
"A largo plazo -dice, en tanto, Muñoz- si las políticas proteccionistas de Trump se implementan plenamente, Chile podría ver una transformación en su relación comercial con Estados Unidos. Esta realidad obligaría al país a considerar estrategias alternativas, como la búsqueda de nuevos socios comerciales y la diversificación de sus productos de exportación".
Cecilia Cifuentes, economista y ex directora del ESE Business School de la U. de los Andes, por su parte, dice que " la agenda proteccionista, el alza de aranceles en esta agenda de la que Trump habló tanto en la campaña, y que por el hecho de tener mayoría en ambas cámaras podría ser bastante más fácil de implementar, efectivamente sería negativo para Chile desde el punto de vista económico".