Raphael como Alphonso, en una escena de "Mi gran noche".
RTVE
MADRID- Como su "comedia total", y como una "tragedia grotesca de personajes conducidos directamente al abismo", orquestada por el incombustible Raphael. De esa manera define el director Álex de la Iglesia su cinta "Mi gran noche", que tras sus pasos por los festivales de Toronto y San Sebastián llega esta semana a los cines españoles, y que aún no tiene fecha clara en Latinoamérica.
"Raphael es un símbolo que de alguna manera representa una parte de la historia de España, un mundo que de alguna manera nos define", cuenta De la Iglesia. Por eso, no había plan B, pese a que hacía más de cuatro décadas que el cantante no participaba en una película. Y cuando él y su coguionista de cabecera, Jorge Guerricaechevarría, terminaron el libreto, llegaron las dudas.
"¿Y si no quiere? De hecho, es lo más normal que diga que no. Estábamos de los nervios, pero de los nervios. Aquí, por corbata", dice gráficamente el director de "800 balas", llevándose las manos al cuello. "Pero entonces dijo: 'Sí, lo hago'. Y tuve que preguntarle, ¿pero lo has leído? 'Sí, y lo hago' ". Algo similar ya le había ocurrido con Carmen Maura en "La comunidad", pero esta vez "era Raphael o al cajón". Por suerte, el cantante no defraudó.
"Mi gran noche" es, como dice la canción de Raphael que le da título, una comedia en la que nadie puede prever qué pasará. Se enmarca en el rodaje de un programa especial de Año Nuevo para la televisión, cuando en pleno mes de agosto centenares de extras encerrados en un estudio fingen reír y celebrar a lo grande esa fiesta.
El cantante de "Escándalo" da vida a Alphonso, un divo de la canción que rivaliza por subir al escenario tras las campanadas de medianoche con Adán (Mario Casas), el nuevo y mujeriego astro del pop. Y entre la champaña y el confeti desfila buena parte del cine español: Desde Blanca Suárez a Santiago Segura, Hugo Silva, Carlos Areces, Carmen Machi, Terele Pávez o la propia esposa del cineasta, Carolina Bang.
"Nos hemos enfrentado a nuestro rodaje más complicado", confiesa De la Iglesia. "No tanto por lo coral, porque hay trucos para plantear esas secuencias. Pero lo que era un sindios es que en cada plano había entre 100, 200 ó 500 personas. Y el ruido que provocan te impide pensar. Un poco como pasa en la película: Los personajes enloquecen porque llevan semana y media encerrados en un plató, y nosotros estuvimos siete. Así que me siento orgulloso".
Según De la Iglesia, para él la "Nochevieja" es muy icónica televisivamente hablando. "El especial de fin de año era un momento glorioso que nos ha marcado para siempre (...) Representa algo que ya no puedes ver en este país: Todo el mundo unido fraternalmente, disfrutando juntos. Eso de todos juntos haciendo algo ha desaparecido por completo, y me apetecía recuperarlo".
Así, y como ya ha hecho en anteriores filmes, aprovecha para sacar a relucir el trasfondo social de la España de hoy, marcada por la precariedad laboral y las corruptelas. "Es como aliñar la ensalada", dice, ya que sin esos elementos, la película "no tiene sabor". Además, añade, eso funciona muy bien en la comedia: "Lo que te están contando es en realidad algo amargo, pero cambiarle el tono lo hace doblemente divertido".
Sobre el futuro, y después de que Raphael dejara claro en el Festival de San Sebastián que vuelve a "estar en el mercado", De la Iglesia tiene claro que su colaboración con el cantante "exige una trilogía". Así, "el siguiente paso debería hacer de 'psycho killer', sería maravilloso verlo tipo Hannibal Lecter. Estamos pensando en un '50 sombras de Raphael' ".