En Chile, el lenguaje inclusivo es parte de las consignas por la educación no sexista.
Archivo El Mercurio
SANTIAGO.-
"Los y las",
"todxs",
"todes". Estas terminologías, acuñadas principalmente por los movimientos feministas, buscan reivindicar en el lenguaje a las mujeres y otras identidades de género, quienes no se representan con los artículos masculinos.
Lo cierto es que usar términos masculinos para referirse a grupos mixtos puede generar confusión. Así quedó demostrado en una reciente polémica que se generó al interior de una
empresa de aceite en España, la que se negó a pagar a sus empleadas mujeres lo acordado en el convenio colectivo, puesto que en el documento escrito decía "trabajadores".
La noticia provocó fuerte impacto en las redes sociales y la Real Academia Española, institución que en 2012 rechazó la utilidad del lenguaje inclusivo, fue convocada a aclarar sus normas al respecto.
"Como la @RAEinforma vuelva a decir que el lenguaje inclusivo no sirve para nada ponemos a sus miembros (y miembras) a trabajar en esta empresa", los increpó la actriz y activista Alicia Murillo.
Inesperadamente, la institución con sede en Madrid respondió: "Quizá la insistencia en afirmar que el masculino genérico invisibiliza a la mujer traiga consigo estas lamentables confusiones".
La respuesta le pareció desafortunada a los usuarios de Twitter, donde la corriente generalizada tendió a interpretar que la RAE estaba culpando a los movimientos feministas de atribuirle características negativas al lenguaje castellano.
Ante los miles de ataques a través de Twitter, la institución finalmente replicó: "El masculino gramatical, al ser el término no marcado de la oposición de género, funciona en nuestro sistema, como en el de otras muchas lenguas, como término inclusivo para aludir a colectivos mixtos, o en contextos genéricos o inespecíficos".
Actualmente, el directorio de la RAE está compuesto por 9 académicos, 3 de los cuales son mujeres.